La adolescente de 14 años que fue abusada sexualmente en el camping El Durazno de la localidad balnearia de Miramar durante Año Nuevo, hecho por el que hay cinco jóvenes detenidos, relató ayer lo sucedido al declarar en cámara Gesell, informó la fiscal Florencia Salas, y agregó que no hubo elementos para cambiar la carátula del caso.

“No voy a hablar del contenido de la Cámara Gesell, sólo que tuvo una duración aproximada de 50 minutos y que previamente la psicóloga estuvo una hora con ella”, contó Salas a la prensa en la puerta de los tribunales marplatenses de Tucumán al 2400, al término de la diligencia. La funcionaria insistió ante los medios en que su mayor interés era proteger a la víctima y su familia y por eso, explicó, no se había difundido ni la hora ni el lugar de la declaración. Sobre la causa, la fiscal dijo que aún “tenemos varios testimonios que recibir”.

La fiscal dijo que la profesional Laura Brisigeli, que asiste a la adolescente, pertenece al Centro de Asistencia a la Víctima de Necochea, que se entrevistó con ella antes de la declaración y que estableció que estaba en condiciones de hacerlo.

“Luego se procedió a la cámara Gesell, que se realizó en la Asesoría de Menores, donde estuvieron presentes el juez de Garantías, Roberto Saul Errandonea; la asesora de Menores, Silvia Fernández, los cuatro abogados defensores, la secretaria de la fiscalía y quien les habla”, expresó la funcionaria judicial. Al referirse al estado de la menor, Salas expresó: “Está pasando este momento de la mejor manera posible ante estas situaciones. Está contenida por todos lo servicios a la víctima como corresponde en estos casos”. Finalmente, la fiscal consideró “de suma importancia que haya podido dar su testimonio de cómo se sucedieron los hechos”. 

La funcionaria dijo estar “muy conforme” con la investigación, destacó “la colaboración de todos los organismos necesarios para avanzar en la tramitación de la causa” y especialmente haber podido realizar la cámara Gesell tan sólo 48 horas después de tomar la causa: “Es totalmente inusual con tan poco tiempo, porque se tiene que movilizar todo el Poder Judicial”. 

Sobre las próximas diligencias a realizarse para la causa, la representante del Ministerio Público adelantó que deben aún recibirse varios testimonios surgidos de la declaración de los imputados y de la víctima, entre ellos de familiares de la adolescente.

En tanto, el lunes próximo está previsto que se realicen los peritajes sobre los celulares de los implicados en el caso, mientras que el martes comenzarán los análisis químicos en las prendas de vestir secuestradas y el 10 de enero los peritajess toxicológicos.

“Las pericias químicas serán el 8 de enero y el 10 las toxicológicas. La de ADN será posterior a la química. Primero se analizará el material biológico que podamos encontrar, como semen, fluidos femeninos, flujo y sangre y luego, si determinamos que hay este tipo de materiales, se procederá a hacer estudio de ADN”, detalló Salas.

Según la reconstrucción que hicieron los investigadores, el hecho ocurrió la madrugada del 1 de enero, en pleno festejo de Año Nuevo. La víctima estaba alojada junto con sus padres en un bungalow de ese camping situado en el kilómetro 1 de la ruta provincial 11, mientras que los cinco jóvenes que están ahora detenidos habían acampado en una zona arbolada.

Tras el brindis de Año Nuevo, la madre de la adolescente advirtió su ausencia y comenzó a buscarla por el predio, hasta que la encontró en una carpa junto a los jóvenes.

La mujer llamó a la policía y radicó la denuncia por abuso sexual en la comisaría de la Mujer de Miramar, tras lo cual los sospechosos fueron detenidos y se les secuestraron sus efectos personales, una camioneta blanca en la que se movilizaban y una carpa iglú.

A pesar del hermetismo en la investigación, se informó que los primeros peritajes confirmaron que la adolescente presentaba lesiones compatibles con un abuso sexual. 

“La hipótesis fiscal se mantiene incólume, no se va a variar a raíz de este testimonio”, expresó la funcionaria, y se negó a brindar más detalles sobre los dichos de la menor. De esta forma confirmó que los cinco amigos continúan siendo acusados por “abuso sexual con acceso carnal agravado”. Esto es importante porque se había filtrado que cuando declararon, dos de los acusados admitieron haber tenido relaciones sexuales con la chica (“fue sexo consensuado, sin violencia”), otros dos dijeron haber estado durmiendo en la parte de atrás de la Trafic en la que viajaban y el quinto dijo que dormía en una reposera, a pocos metros de la carpa. A raíz de esto, se especuló con una posible estrategia de la defensa para despegar a tres de los acusados y cambiar la carátula para los otros y que pase a “estupro”, figura que tiene una pena mucho menor que la actual, de abuso agravado. Los cinco jóvenes siguen con prisión preventiva en la Alcaidía de la Unidad Penal 44 de Batán.