La muerte de la joven argentina Rocío Gómez tras realizar el “bautismo” de una instrucción de buceo en la isla Tao, Tailandia, está bajo investigación de las autoridades de ese país. Así lo indicó Phiyapong Boonkaew, jefe de la Policía de Koh (isla) Tao.

Los investigadores tratan de determinar las circunstancias del accidente que ocurrió el 17 de diciembre y que cuatro días después provocó el deceso de la turista argentina, de 39 años. Fuentes consulares informaron que Gómez había viajado a Tailandia junto a amigos en diciembre del año pasado y que el día del accidente participaba en su primer día de instrucción de buceo que había contratado con la escuela Pura Vida Koh Tao.

Según informaron voceros de la empresa a la agencia de noticias EFE, la víctima “se extravió en una inmersión junto con otro principiante, una buceadora con experiencia y el instructor”. Otro buceador encontró a la argentina a unos 6 metros de profundidad sin el regulador para respirar en la boca y, tras subirla a la superficie, le realizaron los primeros auxilios en el barco con ayuda de dos alumnos que eran médicos. La turista fue trasladada primero al hospital de la isla de Samui, cercana a Koh Tao, y luego a Bangkok, capital de Tailandia, donde permaneció internada y falleció el 21 de diciembre.