En 2018 el déficit primario fue de 338.987 millones de pesos, que representó un 2,4 por ciento del Producto Interno Bruto, un nivel que está por debajo de la meta preestablecida por el Gobierno con el FMI (2,7). La reducción del déficit primario, de 1,4 puntos contra el 3,8 por ciento de 2017, se explica por un fuerte recorte del gasto público en términos reales y un aumento de impuestos para acelerar la recaudación, una política que terminó profundizando la recesión económica. Sin embargo, el pago de intereses “se incrementó 88,4 por ciento debido al efecto de un mayor tipo de cambio sobre los intereses en moneda extranjera”, según Hacienda. Esto llevó a que el déficit financiero (que incluye intereses) fuera de 5,2 puntos del Producto, apenas 0,8 por ciento menos que un año atrás. 

Durante el año se pagaron en total 338.940 millones de pesos en intereses. 

En el año el gasto primario creció 22,4 por ciento durante el año pasado mientras que los ingresos avanzaron 30,2 por ciento, precisó el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, en conferencia de prensa (ver aparte), acompañado con el secretario de esa cartera, Rodrigo Pena. “Los gastos primarios se redujeron 2 por ciento del Producto Interno Bruto frente a 2017, lo que implica que en términos del PIB volvieron al nivel que mostraban en 2012”, señala el informe oficial.

El análisis fiscal 2018 revela que los recortes generalizados en casi todas las partidas del presupuesto apenas pudieron compensar el aumento de la carga de intereses de la deuda (ver nota principal). 

Para diciembre las cuentas públicas registraron un déficit primario de 135.316 millones de pesos, equivalente a 2,4 puntos porcentuales del PIB. Significó una reducción de 1,4 puntos respecto de igual mes de 2018. Para el último mes del año los gastos crecieron 21,9 por ciento y los ingresos 27,4 por ciento, bastante por debajo de la inflación de 47,6 por ciento del período. 

El ministro Dujovne destacó además la reducción de la deuda flotante, papeles con vencimiento de corto plazo que se renuevan periódicamente para financiar necesidades de capital del Estado. Estas cayeron 14,2 por ciento en el año, aunque estuvo más que compensado por el mayor endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional y del Banco Central.