La situación crítica con que debutó el año 2019 evidencia  una profundización que contradice los pronósticos voluntaristas de los voceros oficiales. Se trata  de una realidad que golpea fuertemente en los sectores medios y populares de nuestra sociedad. La incontrolable inflación, agravada con los tarifazos ya materializados y los anuncios de los que vendrán, están marcando un padecimiento inusitado para las mayorías.

Las ideas radicales no tienen nada que ver con lo que pasa. No podemos dejar de hacer esta afirmación. No fueron ellas las que inspiraron estas políticas, y no avalamos sus consecuencias. Nada tiene que ver con nuestras ideas el recetario de ajustes fondomonetarista. Nada tiene que ver con nuestra identidad tampoco, la exigencia de cambios de la edad  de la jubilación ni la pretensión de flexibilizar la legislación laboral y reducir el nivel salarial de los trabajadores.

Es necesario torcer drásticamente la dirección del gobierno, hacia una concepción que tenga en mira las necesidades y posibilidades objetivas de nuestra gente. Ello implica que los sectores mayoritarios que abrazan un proyecto popular asuman definiciones claras, fundadas en ideas que tiendan a defender una agenda progresista para nuestro país.

Los radicales que impulsamos el desarrollo de un proyecto político identificado como Movimiento Nacional para la Democracia Social sostenemos que la Unión Cívica Radical debe dejar clara sus diferencias con los conceptos neoconservadores que inspiran la actual gestión del gobierno, y afirmar su convicción de que la construcción de una sociedad justa, no es tarea sólo del Estado ni solo del mercado, sino de una combinación virtuosa de lo público y lo privado.  Ello supone, entre otras cosas, reclamar cambios en la política económica, cuya base deberá ser un nuevo modelo tributario, donde se grave a quienes tienen mayor capacidad contributiva, y eliminando la presión de los gravámenes que impactan sobre la producción, el consumo y el trabajo; es necesario, además, preservar y recuperar el poder adquisitivo del salario, seriamente golpeado por lo que está ocurriendo. Hay que recuperar también el funcionamiento federal de nuestras instituciones para promover el desarrollo de las diferentes zonas del país.