El diario italiano de derecha Il Corriere della Sera publicó ayer una carta de Francisco dirigida al “excelentísimo señor” Nicolás Maduro con fecha de 7 de febrero 2019. Se trata de la respuesta del Papa a los varios pedidos de mediación del presidente de Venezuela. La misiva no fue confirmada ni desmentida por el portavoz interino del Vaticano, Alessandro Gisotti, quien aseguró que se trata de una “carta privada”.

Aunque con tonos suaves, Francisco no concede mucho. Hubo otros “tratando  de encontrar una salida a la crisis venezolana”, escribe Bergoglio. “Desafortunadamente, todos fueron interrumpidos porque lo que se había acordado en las reuniones no fue seguido por gestos concretos para implementar los acuerdos”, observa el Pontífice. “Las palabras parecían deslegitimar las buenas intenciones que se habían puesto por escrito”., reprodujo el Corriere de la Sera, el medio italiano que perdió hace años una demanda de la ex presidenta Cristina Kirchner por haberla acusado de hacer compras de lujo en Roma que nunca había realizado.

La advertencia se puede leer cuando, inmediatamente después, afirma haber estado siempre a favor de una mediación. “Sin embargo, no se trata de un diálogo”, señala, “sino de lo que ocurre cuando las diferentes partes en conflicto ponen el bien común por encima de cualquier otro interés y trabajan por la unidad y la paz”. Francisco rastrea el papel desempeñado por la Santa Sede y los obispos de Venezuela “como garante y a solicitud de los partidos”, en una fase iniciada a fines de 2016. Fue un esfuerzo por resurgir de la crisis “de manera pacífica e institucional”, a través de la negociación entre el gobierno y la Mesa de Unidad Democrática; y con una serie de condiciones a cumplir, escritas en una carta del cardenal Pietro Parolin fechada el 1º de diciembre de 2016.

En esa carta, recuerda Francisco, “la Santa Sede indicó claramente cuáles eran las condiciones para que el diálogo fuera posible”. Y adelantó “una serie de solicitudes que consideró indispensables para que el diálogo se desarrolle de manera fructífera y efectiva”. Según el Papa, informa el diario Il Corriere della Sera, hoy esas solicitudes y “otras que se han agregado como resultado de la evolución de la situación” son más necesarias que nunca. Por ejemplo, agrega, “lo expresado en la carta enviada a la Asamblea Nacional constituyente”. En sus palabras se advierte un eco de la resistencia cada vez más abierta de la conferencia de obispos venezolanos hacia Maduro, sus métodos y amenazas. Y la exigencia que “se evite cualquier forma de derramamiento de sangre”.

El matutino agrega que surge también la decepción por la forma en que esos intentos se vieron frustrados por la resistencia sorda del régimen de Maduro y por la realidad de una oposición venezolana dividida y confundida. La referencia a la carta de Parolin sirve para alinear, incluso sin mencionar, los insultos que el círculo de los “duros” de Maduro dirigió a las solicitudes del Vaticano para que despegue una verdadera negociación.