El dólar cerró ayer en 40,56 pesos, con una baja de 20 centavos. El tipo de cambio mayorista finalizó en 39,53 pesos, al retroceder 14 centavos. El Banco Central no dudó y subió la tasa de interés en 3 puntos. Las Leliq se ofrecieron con un rendimiento de 49,03 por ciento, cuando se habían ubicado en 46,01 por ciento el miércoles y en 44,86 por ciento el martes. La autoridad monetaria aplicó todas las herramientas disponibles para intentar calmar las expectativas de devaluación del mercado. La suba de la tasa de interés se sumó a la venta de dólares futuro del miércoles y a una sobre absorción de pesos en las licitaciones de letras de corto plazo de esta semana. La interpretación que hacen en el mercado es que este apretón monetario vuelve casi imposible la apuesta por una reactivación de la economía en la segunda parte del año. 

En las últimas dos adjudicaciones de Leliq se renovaron 395 mil millones de pesos. La cifra es equivalente a 10 mil millones de dólares. En palabras simples el Central siguió alimentando una bicicleta de cortísimo plazo que en dos días es equivalente a 3 puntos del Producto Interno Bruto. Esa deuda fue renovada a tasas de casi 50 por ciento anual. Los números muestran la fuerte distorsión que existe en el mercado monetario y reafirma el argumento de algunos analistas que advierten que el programa cambiario y financiero es insostenible. 

Entre enero y las primeras semanas de febrero el rendimiento de las Leliq pasó del 60 al 43 por ciento. Pero el intento del Central de reducir las tasas a niveles cercanos al 40 por ciento duró poco. En lo que va de esta semana se revirtió parte importante de la baja y las tasas se acercaron al 50 por ciento. 

Los técnicos de la autoridad monetaria no encuentran debilidades ni problemas en su estrategia monetaria y cambiaria. La hipótesis que manejan es que las presiones financieras de los últimos días pueden explicarse a partir de dos elementos claves. El primero es el dato de inflación de enero de 2,9 por ciento. El indicador arrojó una cifra más alta de lo esperado y motivó a la autoridad monetaria a ofrecer un interés más alto para sacar pesos de circulación. 

El segundo fue el anuncio de hace dos semanas que obliga a los bancos a retirar de la economía recursos que trajeron del exterior para especular en el corto plazo. “La medida anti carry trade que anunciamos en febrero explican parte de las presiones de estos días. Los bancos tienen que desarmar posiciones de Leliq para cumplir con la norma”, mencionan en el Central. El punto es que las entidades financieras no pueden comprar con dólares propios que traen del extranjero letras de corto plazo. “Los pesos colocados en las Leliq ahora sólo pueden salir de la intermediación genuina en el mercado interno. Esto genera una renovación de letras menor a la esperada y requiere tasas más altas para mantener el ritmo de absorción”, indican en el organismo.

En tanto, la bolsa porteña continuó mostrando volatilidad y ayer anotó un retroceso del 2,8 por ciento, el riesgo país cerró en 708 unidades y las reservas internacionales se ubicaron 67.032 millones de dólares.