Una placa con borde rosa de la empresa de colectivos La Mixta de Rosario llamó la atención en pleno verano. “Seleccionamos conductoras” era el título de la convocatoria a mujeres de entre 21 y 38 años para inscribirse como colectiveras en una de las dos empresas estatales de transporte urbano de la ciudad. La convocatoria repercutió rápidamente en los medios de comunicación de la ciudad, donde se aseguró que “ni siquiera los 26.000 pesos de sueldo inicial” convencen a las mujeres para inscribirse en la selección de personal. De hecho, en Rosario, hoy hay una sola mujer en funciones a bordo de un colectivo, pese a la ordenanza 7981 que desde abril de 2006 propicia la incorporación de mujeres en esa función. Analía Fusari es hoy la única colectivera de Rosario. En algún momento hubo dos, y en total fueron cuatro las que llegaron a sentarse en ese sillón en La Mixta. En Rosario hay 2000 choferes de colectivo. 

La polémica quedó servida: una conductora que trabajó durante años en una empresa de transporte interurbano y cumplió funciones durante tres meses en La Mixta, se quejó porque su contrato venció el 24 de enero de 2016, hace más de un año y aunque fue a hablar personalmente con la intendenta Mónica Fein, no la retomaron en esa función. Hoy -aclara- no aceptaría volver porque ya resolvió su situación laboral. “Es mentira que no haya mujeres que se inscriban, somos por lo menos 6 o 7 mujeres con experiencia en una empresa de transporte interurbano que presentaron sus currículums”, dijo Verónica Cañete, de 46 años, quien criticó también la edad requerida. “Recién a los 21 años se obtiene el carné D2 que es el profesional, y no nos toman a los 46, me parece un requisito irreal”, expresó la mujer. 

Consultados desde La Mixta, la empresa que maneja un 20 por ciento del transporte urbano de la ciudad de un millón de habitantes, señalaron que “la recepción de currículums, tanto de hombres como de mujeres, es permanente”.  Desde hace dos años empezaron a incorporar conductoras. “Cuando la empresa decide poner mujeres al volante, en la práctica no hay mujeres que se postulen. Apareció algún currículum y las pusimos en un proceso de selección y con algunas pudimos avanzar, por diversos motivos. La intención es que haya un montón, lo que pasa es que realmente la mayor dificultad que vemos es que hay muchas mujeres que quieren trabajar pero no tienen el carné habilitante”, contó Horacio de Braza, responsable de Relaciones Institucionales y Responsabilidad Social Empresaria de la Mixta, que es municipal. El carné, llamado D2, es un requisito excluyente. “Es el que te habilita a manejar una unidad del transporte público, en cualquier lado. Hace dos años empezamos a trabajar con la Dirección de Empleo de la Municipalidad para promover que las mujeres pudieran sacar el carné”, señaló De Braza, quien aseguró que han flexibilizado el requisito de la edad con algunas mujeres.

Desde el Instituto Municipal de la Mujer (IMM), que también interviene en el Programa Mujeres Choferes, creado en 2006, apuntaron que “la convocatoria siempre ha sido abierta para ambos sexos y la llegada de mujeres siempre ha sido inferior en cuanto a demanda”. Al respecto, la directora del IMM, Carolina Mozzi, consideró que esa menor inscripción femenina “tiene que ver con los roles en que las mujeres nos pensamos trabajando. Lo que está relacionado con los motores, colectivos, un medio de transporte grande, en la historia, por más que estemos despojadas de prejuicios, hemos visto que la mayoría de los choferes han sido varones, no nos pensamos desempeñándonos en estos roles, y también creo que puede influir que se trate de un ambiente de trabajo hostil, porque siempre ha sido privativo de los varones desde sus comercios”.

El transporte urbano de la ciudad está dividido en partes iguales entre el estado (que tiene dos empresas, Semtur y Mixta) y un prestador privado, Rosario Bus, donde tampoco hay colectiveras. “La selección es un proceso muy largo y exigente, lo tomamos de esa manera por la responsabilidad que significa, no solamente manejar sino todo lo que tiene que hacer para que la calidad del servicio esté asegurada”, dijo De Braza. 

Cañete señaló que forma parte de un grupo de 15 mujeres que tiene experiencia, ya que trabajaron en la línea sublínea interurbana, Tirsa/ Victoria. “Muchas de ellas se anotaron. Ellos dicen que no hay mujeres en la convocatoria y no es verdad, sino que no las toman”, dijo Cañete, que el año pasado se acercó a la intendenta para pedirle que la reintegre en algunas de las dos empresas municipales. La mujer de 46 años -que hoy conduce un remís en Funes, ciudad lindera a Rosario- es una apasionada del trabajo de conductora, contó que tuvo un contrato de tres meses en la empresa de transporte pero no se lo renovaron, y cree que se debió al reclamo que realizó después de haber sufrido un robo. 

La que sí trabaja en las calles, en la línea 112, es Analía. “Amo mi vocación, me llevó muchos años encontrar lo que realmente me gustaba y estoy feliz de haberme formado en la empresa. Me tratan bien, son muy respetuosos hacia mi persona”, dijo la mujer. La reacción que provoca en los usuarios es positiva. La han “felicitado muchas veces”. 

Ante la apertura de la convocatoria, Analía no duda en invitar a todas las mujeres a sumarse: “Es un trabajo lindo, se puede pensar que al trabajar con muchos hombres puede asustar, pero por el contrario es muy agradable, a mí en lo particular me llena de felicidad”.

Como sea, la convocatoria en Rosario dice explícitamente que buscan a mujeres, y cuantas más se presenten, será más fácil verlas al volante.