Aumentó la tensión entre India y Pakistán en la región de Cachemira. Ayer, ambas potencias nucleares afirmaron haber derribado aviones enemigos, aunque reiteraron que quieren evitar la escalada de violencia. La región compartida por ambos países es disputada desde hace décadas, hecho que llevó a que se desencadenaran tres guerras durante la segunda mitad del siglo pasado. 

Las fuerzas armadas paquistaníes afirmaron ayer haber derribado dos cazas indios en su espacio aéreo, uno de los cuales habría caído en el lado indio de Cachemira y el otro en el lado paquistaní. El portavoz del Ejército paquistaní, el general mayor Asif Ghafoor anunció a través de la red social Twitter que habían capturado a uno de los pilotos y que estaba siendo tratado, dijo, según las normas de la ética militar. El tuit iba acompañado por una foto en la que se ve al piloto sentado y bebiendo té.   

Nueva Delhi anunció por su parte haber perdido un caza Mig-21, cuyo piloto está desaparecido en combate. El gobierno indio pide su retorno inmediato y en toda seguridad, indicó después el ministerio de Relaciones Exteriores. India afirmó igualmente haber derribado un avión paquistaní, lo que Islamabad desmintió. Sin embargo, las versiones contradictorias no son nuevas en el cruce de acusaciones entre las dos potencias nucleares.

El primer ministro paquistaní Imran Khan fue el primero en confesar su preocupación por los acontecimientos: “Sentémonos juntos y arreglemos esto dialogando. ¿Podemos permitirnos el mínimo paso en falso con el tipo de armas que tenemos y que tienen ustedes?”, se preguntó en referencia al arsenal nuclear de ambos países. “Si la escalada comienza aquí, ¿hasta dónde irá?”, lanzó durante un breve discurso televisado ayer, renovando su llamamiento a Nueva Delhi a ir a la mesa de negociaciones.

Aunque la ministra india de Relaciones Exteriores, Sushma Swaraj, pareció abogar también por la calma, al señalar durante un viaje a China que India no desea la escalada, tras los derribos de los aviones, el Ministerio de Exteriores indio volvió a subir el tono. “India se reserva el derecho a tomar acciones firmes y decisivas para proteger su seguridad nacional, soberanía e integridad territorial contra cualquier acto de agresión o terrorismo transfronterizo”, advirtió en su cuenta de Twitter.

Los acontecimientos se precipitaron en la región después de que el ejército indio afirmara el martes haber realizado un ataque preventivo contra un campo de entrenamiento del grupo islamista Jaish-e-Mohammed (JeM) en Pakistán. Este grupo rebelde había reivindicado el pasado 14 de febrero un atentado suicida en la Cachemira india que mató al menos a 40 paramilitares indios. Nueva Delhi dice haber matado a más de 300 terroristas del JeM, quienes, según el gobierno indio, preparaban nuevos atentados a su país. Islamabad denunció la acción como una agresión intempestiva y prometió responder a la hora y en el lugar de su elección.

Estados Unidos, China, Gran Bretaña, Francia y Rusia llamaron a India y a Pakistán a la moderación, al igual que la representante de la diplomacia europea Federica Mogherini y el Secretario General de la ONU Antonio Guterres.

El analista del Wilson Center, Michael Kugelman, duda que India esté dispuesta a la desescalada. “El piloto indio capturado da a Islamabad una ventaja de negociación clave”, señaló en Twitter.

Como medida de prevención, Pakistán cerró su espacio aéreo, lo que provocó  la cancelación o cambios de itinerarios de numerosos vuelos comerciales. Del otro lado de la frontera, al menos nueve aeropuertos del norte de India fueron cerrados brevemente a los vuelos civiles.

La situación era igualmente muy tensa en la Línea de Control, frontera de facto en Cachemira. Los habitantes de la zona describieron intensos disparos de artillería entre los ejércitos indio y paquistaní en varios sectores en la madrugada de ayer. Los disparos de obuses desde ambas partes de la frontera de facto son habituales en esta zona, una de las más militarizadas del mundo. “Hemos pasado la noche en el terror más absoluto. Los obuses no cayeron en el pueblo pero los aviones de caza siguen volando sobre nosotros”, contó Tariq, un habitante del pueblo de Kamalkote, en el lado indio. Cuatro personas, entre ellas dos niños, murieron el martes en un intercambio de disparos entre militares indios y paquistaníes cerca de la Línea de Control. Más de 2.000 personas huyeron de su domicilio en el lado paquistaní tras los disparos.

India y Pakistán disputaron tres guerras en el pasado a propósito de Cachemira –en 1947, 1965 y 1999–, región del Himalaya habitada en su mayoría por musulmanes, dividida entre los dos países y reivindicada por ambos. Es la primera crisis exterior del premier paquistaní, Imran Khan, considerado como cercano al sector militar y que llegó al poder el año pasado prometiendo diálogo con Nueva Delhi. Su par nacionalista indio, Nerendra Modi, cultiva una imagen de hombre fuerte y buscará un segundo mandato en mayo.