Las dos asociaciones que reúnen en la Argentina a los críticos y periodistas cinematográficos lanzaron ayer casi al unísono sendos comunicados en los que expresan su preocupación por el prolongado cierre de la sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín, el legendario templo cinéfilo porteño dependiente del Gobierno de la Ciudad, que al día de hoy no tiene fecha cierta de reapertura. En su texto, la filial argentina de la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica (Fipresci) reclama “la inmediata apertura de la sala Leopoldo Lugones, ubicada en el décimo piso del Teatro General San Martín de la Ciudad de Buenos Aires, ante las permanentes dilaciones de las autoridades del gobierno porteño en relación a las obras de modernización que se iniciaron en noviembre de 2013 y todavía hoy –casi cuatro años después– no fueron finalizadas”.

Por su parte, la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina (ACCA) “manifiesta su preocupación por el futuro incierto de la sala Leopoldo Lugones, que comparte el edificio del Teatro San Martín, perteneciente al Complejo Teatral de Buenos Aires, en la órbita del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que cerró sus puertas por refacciones en 2013. Desde entonces reabrió ocasionalmente en marzo de 2015 en condiciones precarias que impedían la regularidad en las funciones, con notable incomodidad para su público, y fue vuelto a cerrar, al igual que todo el complejo, desde diciembre de 2015. Cabe destacar que todos estos inconvenientes atraviesan la misma gestión del ámbito porteño, sin interrupción”.

El texto de la Fipresci destaca el valor cultural de la sala en los siguientes términos: “Reconocida y querida por gran parte del público y la comunidad cinematográfica porteña, la sala Leopoldo Lugones es un espacio emblemático de la vida cultural de la ciudad de Buenos Aires, porque desde su fundación en los años 60 resultó un lugar clave para la circulación –a través de ciclos y proyecciones especiales– del mejor cine internacional y de buena parte de la producción independiente argentina, tanto del presente como del pasado”. Y recuerda que “desde su primera edición en 1999, era una de las sedes del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (Bafici) y del DocBuenos Aires desde 2004”.

A su vez, la Asociación de Cronistas considera que “frente a la total incertidumbre que existe en la actualidad acerca de su reapertura, anunciada en diversas oportunidades por los responsables del complejo, nuestra entidad se pone en alerta y reclama a las autoridades del área para una pronta comunicación que explique el verdadero estado de su puesta en valor”.

En una línea similar, la Fipresci señala en su comunicado: “Ante el silencio de las autoridades porteñas, que sólo anunciaron que la sala podría volver a abrirse en marzo de 2017, después de 40 meses de obras, Fipresci Argentina reclama a las autoridades del Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires –y a quien corresponda en sus instancias superiores– que se adopten medidas para la inmediata apertura de la sala, a la vez que se informe debidamente sobre el proceso de las obras desde su inicio y que se transparente el debido acceso a los costos de la remodelación”.

Para la Asociación de Cronistas, “es procedente exigir también al ministro de Cultura del GCBA explicaciones acerca de las sucesivas inversiones efectuadas en las varias frustradas remodelaciones, así como la última anunciada, que todavía no se ha iniciado y pone en peligro el futuro de la sala emblemática de la cinefilia porteña, que en octubre de 2017 cumplirá medio siglo”.

La Fipresci a su vez recuerda que “a lo largo de los años la sala Lugones se convirtió en un espacio ineludible a la hora de acceder a filmes generalmente ausentes en el circuito comercial tradicional. Sumado a ello, la variedad de días, horarios y la accesibilidad del precio de entrada hicieron de este cine un lugar de referencia permanente para la cultura local. Las muestras resultaban –por la excelencia de su curaduría y la cantidad y calidad de las obras presentadas– una forma autodidacta de aproximarse a la historia del cine, a sus movimientos fundacionales, a sus hallazgos estéticos, a los principales autores y a las vanguardias más arriesgadas”. Y señala que “para los integrantes de Fipresci Argentina resulta incomprensible la exagerada dilación de las obras de modernización de la sala, que comenzaron oficialmente en noviembre de 2013”.