Vélez, sexto en la Superliga, superó ayer una prueba de carácter al imponerse 2-0 ante Atlético Tucumán, ubicado en el quinto lugar, en Liniers. Con el triunfo, los dirigidos por Gabriel Heinze se afianzaron en puestos de Copa Sudamericana y no pierden las ilusiones de meterse en la próxima Libertadores, a la que estaría clasificando en último lugar River (39 puntos), que juega hoy con Independiente y que supera por diferencia de gol a los de Ricardo Zielinski, también con 39 unidades.

Con sólo un triunfo en los últimos seis encuentros (tres empates y dos derrotas), el elenco de Liniers evidenció las ganas de ganar desde el minuto inicial. Con un mediocampo compuesto por Domínguez, Giménez, Almada y Vargas, a Vélez le sobraba buen pie para adueñarse de la tenencia de la pelota. El problema, sin embargo, era la concreción. Con la ausencia por lesión de Robertone --su goleador en el campeonato con cinco tantos--, la apuesta pasaba por el veloz Bouzat (20 partidos y ninguna anotación) y el irregular Leandro Fernández (un gol de penal en seis encuentros).

Tras desperdiciar numerosas ocasiones claras de gol (primero, Bouzat remató por arriba del travesaño frente al arquero; luego, Fernández disparó un mano a mano al cuerpo de Lucchetti y, por último, Almada quiso sombrerear al uno y su pelota dio en el palo); Vélez necesitó ayuda de los tucumanos para encontrar la merecida ventaja en el marcador. Sobre el final de la primera parte, un suave centro desde la izquierda de Domínguez superó a los centrales de Atlético y encontró solo a Bouzat, que de zurda puso el 1-0.

En el complemento, el equipo de Heinze apostó a cuidar la ventaja y lastimar de contraataque, una fórmula que le dio resultado gracias a la actuación del arquero Hoyos, la gran figura del encuentro, que rechazó una y otra vez los embates tucumanos, liderados por la siempre peligrosa zurda de Gervasio Núñez.

Finalmente, el desahogo del local llegó a los 89 cuando un nuevo error del fondo tucumano le permitió al recién ingresado Salinas luchar una pelota, y habilitar al también ingresado Galdames, que marcó sin resistencia el 2-0 de Vélez y desató el festejo en el José Amalfitani.