El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, viajará hoy a Chile, en lo que será su segunda visita oficial de carácter bilateral desde que asumió su cargo el 1 de enero. El objetivo del viaje es asistir a la cumbre de presidentes sudamericanos convocada por el mandatario chileno, Sebastián Piñera, para crear el foro de integración conocido como Prosur, que buscará reemplazar a la Unasur. Además, Bolsonaro pretende incentivar con esta visita el comercio y la cooperación con Chile. La oposición del país trasandino, no obstante, no ve con buenos ojos la llegada del mandatario ultraderechista, por lo que los presidentes del senado y de diputados no asistirán a un almuerzo que se hará su honor. 

Bolsonaro y Piñera discutirán, además de cómo mejorar las relaciones comerciales, medidas para abordar posibles acuerdos de cooperación en defensa y de investigación en la Antártida, según informó el embajador de Brasil en Chile, Carlos Duarte. Igualmente, ambos mandatarios conversarán sobre mejoras del acceso de Brasil al Pacífico y sobre el posible apoyo de Chile al ingreso del país tropical a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). Bolsonaro logró el respaldo explícito del presidente estadounidense, Donald Trump, a esa aspiración en su visita a Estados Unidos de principios de esta semana. 

Otro asunto importante en la agenda de reuniones será la reforma al sistema previsional de Brasil, el principal proyecto del Gobierno de Bolsonaro, y que tiene como modelo el sistema de capitalización individual adoptado por Chile en la década de 1980. Ambos presidentes también abordarán, asimismo, las negociaciones ya iniciadas para integrar el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) con la Alianza del Pacífico (Chile, Colombia, México y Perú), que buscará facilitar el comercio en toda la región.

Sin embargo, la visita de Bolsonaro no está exenta de polémicas debido a que los presidentes del Senado y la Cámara de Diputados de Chile, Jaime Quintana e Iván Flores, anunciaron que no pretenden participar de un almuerzo convocado por Piñera en honor al presidente brasileño. “Mi convicción no me permite rendir honores a quien se manifiesta contra minorías sexuales, mujeres e indígenas”, explicó Quintana, miembro del opositor Partido por la Democracia (izquierda), quien aclaró, además, que cuando se trata de una visita oficial, y no de Estado, el Senado no tiene obligación de participar. La decisión de Quintana fue secundada por el vicepresidente de la Cámara alta, Alfonso de Urresti, quien calificó al mandatario brasileño como un peligro para la democracia de Brasil y la región.

Además de la oposición, organizaciones de defensa de las minorías sexuales también criticaron la visita por las declaraciones discriminatorias, misóginas y racistas del líder ultraderechista.

Bolsonaro, a su vez, viaja a Chile para, junto con otros jefes de Estados sudamericanos, terminar de enterrar a la Unasur y sustituirla por una nueva organización llamada Foro para el Progreso y Desarrollo de America Latina (Prosur). Esta nueva organización regional impulsada por los nuevos gobiernos de centro y derecha del Cono Sur no tendrá ni sede permanente ni secretariado, sino que tendrá una estructura similar a la Alianza del Pacífico. 

Además del brasileño, confirmaron su asistencia los presidentes de Colombia, Iván duque; de Paraguay, Mario Abdo Benítez, y de Perú, Martín Vizcarra; de Argentina, Mauricio Macri, y de Ecuador, Lenín Moreno. El mandatario de Uruguay, Tabaré Vázquez, no viajará a Santiago y en su reemplazo enviará al vicecanciller Ariel Bergamino. Juan Guaidó, jefe del Parlamento reconocido por 50 países como presidente encargado de Venezuela, fue invitado también a la reunión pero no asistirá ni tampoco lo hará el mandatario boliviano Evo Morales.

“No hay duda de que la región enfrenta una serie de desafíos que exigen una respuesta común, pero también es cierto que muchas de esas iniciativas podrían ser solucionados por organismos que ya existen”, opinó Thomaz Favaro, analista brasileño de Control Risks. “La motivación más fuerte detrás de la creación de este organismo es la sustitución de Unasur; la idea de aniquilar esa propuesta que vino de los gobiernos de izquierda de la década pasada”, agregó este analista.

La visita oficial a Chile será la segunda de carácter bilateral de Bolsonaro a otro país desde que asumió su mandato el 1 de enero, tras la que concluyó este martes en Estados Unidos, y precederá la que realizará a finales de marzo a Israel, otro país al que ha considerado como aliado estratégico. Esa secuencia constituye una demostración de las nuevas prioridades en la política externa de Brasil, país cuyos últimos presidentes siempre inauguraron sus mandatos con visitas oficiales a Argentina, el principal socio comercial en Sudamérica.