El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), dijo ayer que su gobierno no caerá en una confrontación con España por la carta que envió al Papa y a la corona española y en la que reclamó disculpas por los agravios cometidos durante la Conquista; una solicitud que el gobierno español rechazó con firmeza. El Vaticano, por su parte, no hizo declaraciones respecto de la carta pero sí recordó que el pontífice ya pidió perdón sobre los crímenes cometidos en la conquista, en un viaje que hizo a Bolivia en 2015. 

“No vamos a caer en ninguna confrontación ni con el gobierno de España ni con ningún gobierno”, dijo Obrador en su habitual conferencia de prensa matutina. “Es un planteamiento que estamos haciendo, que pensamos conveniente para hermanar más a nuestros pueblos”.Sin embargo al momento en que Obrador señaló su postura conciliadora, varias personalidades españolas ya habían asentado, indignados, su postura. “El jefe del Estado, el rey Felipe VI, no tiene que pedir perdón a ningún país, y no va a ocurrir esto”, dijo la vicepresidenta del gobierno socialista español, Carmen Calvo. “Que se disculpe él, que tiene apellidos españoles y vive allí. Si este individuo se cree de verdad lo que dice, es un imbécil. Si no se lo cree, es un sinvergüenza”, había lanzado horas antes el escritor Arturo Pérez–Reverte. Hace dos semanas, el autor dijo que hay una empresa de demolición de lo que representa su país natal, y afirmó que apunta a su historia, su pasado y su monarquía. “Harto de que la historia de España, con tantas luces y sombras como la de cualquier otro país, se haya convertido en el tiro al blanco de todos los demagogos, oportunistas y golfos de dentro y de afuera”, lanzó ayer el escritor. 

En un gesto sin precedentes en la historia reciente de México, Obrador, nieto de un español, envió el lunes una carta al rey de España y otra al papa Francisco para que hagan un relato de agravios y pidan perdón a los pueblos originarios por las violaciones a los derechos humanos. El mandatario de izquierda tuvo el gesto al cumplirse 500 años de la batalla de Centla, considerada el primer enfrentamiento del conquistador español Hernán Cortés contra pueblos originarios de México, los mayas-chontales del actual estado de Tabasco, lugar natal de Obrador. 

El gobierno español no tardó en anunciar su rechazo a la exigencia de disculpas, y subrayó que la llegada de los españoles, hace quinientos años,  a las actuales tierras mexicanas no puede juzgarse a la luz de consideraciones contemporáneas. La posición del ejecutivo socialista de Pedro Sánchez fue secundada por buena parte de la clase política española. “Es una auténtica afrenta contra España y contra su historia (...) yo no creo en la leyenda negra de España, que la izquierda acomplejada intenta ahora escribir”, dijo Pablo Casado, líder del conservador Partido Popular y candidato a presidente del gobierno en las elecciones legislativas del 28 de abril. “La carta de López Obrador es una ofensa intolerable al pueblo español. Así actúa el populismo: falseando la historia y buscando el enfrentamiento”, agregó su rival liberal Albert Rivera, líder de Ciudadanos. El partido de izquierda Podemos, por su parte, se desmarcó de las consideraciones que tuvieron el PP, CS y el PSOE y en cambio opinó que coinciden con Obrador. 

En un evento público en Centla, el presidente mexicano de 65 años denunció que luego de la llegada de los españoles al nuevo continente hubo matanzas e imposiciones. “Se asesinaron miles de personas durante todo este periodo, se impuso una cultura, una civilización sobre otra (...) el saqueo colonial de nuestros recursos naturales”, dijo el mandatario. Además agregó que espera que en 2021 se logre la reconciliación histórica entre España y México, momento en que se cumplirán 200 años de consumada la independencia mexicana y 500 de la caída Tenochtitlán, hoy Ciudad de México y antaño sede del imperio azteca. La colonización inició en 1521, una vez caído Tenochtitlán. 

En su alocución, Obrador aseguró que él también pedirá perdón por el exterminio que, una vez lograda la independencia, fue lanzado contra los pueblos originarios. “Además durante la revolución mexicana hubo persecución a migrantes chinos”, concluyó.  

En su conferencia de prensa matutina de ayer, Obrador negó que su gobierno haya dado a conocer el contenido de la carta, en respuesta a los rumores en su contra. “No dimos a conocer las cartas por respeto a que ellos tuvieran el tiempo de revisarla, de analizarla y luego darnos una respuesta”, indicó. Luego agregó que buscará integrar una relatoría de lo sucedido durante la conquista. “Y a partir de allí, de manera humilde aceptar nuestros errores y pedir perdón y reconciliarnos entre todos”, agregó.   

Desde que Obrador inició su gobierno, el 1 de diciembre del año pasado, no tuvo otros cruces con la corona y el ejecutivo español. Es más, a finales del año pasado el presidente del gobierno de España hizo una visita oficial al país azteca en la que ambos países refrendaron sus lazos de amistad y de cooperación. Fiel a su costumbre de hacer un obsequio a sus anfitriones, Sánchez le llevó al presidente mexicano el acta de nacimiento de su abuelo, José Obrador, quien nació en la región española de Cantabria, en 1893.

En las últimas horas, desde el gobierno de México admitieron que la carta no cayó bien en España pero, según afirma el diario español El País, insisten en que el texto no está inspirado en el rencor y que el fondo del tema –la idea de iniciar un proceso de reconciliación– ya se había tratado durante la reciente visita de Sánchez.