El Banco Central volvió a cambiar su programa monetario y cambiario. Esta vez anunció medidas para intentar contener el traslado a precios de la devaluación. La decisión avanzó en dos puntos relevantes. El primero fue eliminar las bandas cambiarias hasta fines de junio. El Central sólo intervendrá si el dólar supera los 51 pesos. No habrá intervenciones si la divisa baja. En el segundo semestre volverán las bandas pero ya no se ajustarán. Se mantendrán hasta finales de este año en valores de 39,75 pesos para el piso y de 51,45 pesos para el techo. Se venderán hasta 150 millones de dólares por día si la cotización supera ese valor. El equipo económico consiguió convencer al FMI de flexibilizar la estrategia cambiaria para intentar contener las expectativas de inflación en los próximos meses.

El Central realizó una nueva conferencia de prensa para presentar su informe de política monetaria. Se trata del documento en donde el organismo plantea su lectura sobre la evolución de las principales variables financieras y adelanta algunas perspectivas para los próximos meses. El titular de la entidad, Guido Sandleris, aprovechó el evento para anunciar los nuevos cambios en la hoja de ruta de la institución y se mostró optimista. Las definiciones del funcionario fueron idénticas a las que se escucharon a lo largo del último año y medio. Planteó que la inestabilidad financiera está bajo control y que para el segundo semestre empezará la recuperación del mercado interno y la moderación de la inflación. 

La presentación de Sandleris duró cerca de una hora. Fue un poco más larga que el promedio de las conferencias anteriores pero no se dijo nada fuera de lo habitual. El funcionario hizo poca autocrítica de los resultados en los últimos seis meses y presentó los números financieros en un formato conveniente. Afirmó que la inflación de marzo fue casi 5 por ciento pero pasó por alto que los precios en alimentos subieron 64 por ciento el último año. Se trata de la cifra que más sorprendió en el mercado. La autoridad monetaria también jugó con los datos para asegurar que la deuda en Leliq no es un problema. Indicó que no supera el billón de pesos y comparó contra el billón y medio de pesos que había en Lebac antes de la corrida cambiaria en abril de 2018. Es cierto que el stock de letras es menor pero el pago de intereses que genera esta deuda no lo es. El año pasado la tasa era de 26 por ciento y ahora es de casi 70. 

El intento de transmitir tranquilidad a los inversores se concentró principalmente en el análisis de la dolarización de los años electorales. El presidente del Central adelantó que los técnicos de la entidad revisaron distintos escenarios de compra de divisas para el resto del año y concluyeron que hay dólares suficientes para evitar nuevas corridas. “La crisis cambiaria del año pasado tuvo muchos aspectos negativos. Fue muy dolorosa para nuestra economía. Aunque uno de los pocos aspectos positivos que deja una crisis como la que tuvimos el año pasado es que buena parte de la dolarización que cabría esperar en un año electoral ya ocurrió”, dijo Sandleris. Señaló que el sector privado puede comprar en 2019 cerca de 7000 millones de dólares y que el Tesoro tiene pensado subastar cerca de 10 mil millones de dólares. Sostiene entonces que la próxima dolarización de activos estaría cubierta.

Sandleris mencionó un segundo elemento que colabora para contener los problemas de escasez de divisas es la mejor performance de la cuenta corriente de los privados (no cuenta el pago de intereses de la deuda pública). En 2018 hubo un rojo de 17 mil millones de dólares y para 2019 se estima una superávit de 5 mil millones. “La economía real antes demandaba dólares constantemente para cubrir el rojo externo y ahora los aporta. Hubo una reversión neta de flujos de 22 mil millones de dólares”, aseguró el funcionario. 

Aseguró que un tercer factor que modera los efectos de la dolarización este año es que la gran parte de los activos en el mercado interno (el stock de riqueza de las familias y las empresas) ya se encuentran dolarizados y lo que está en pesos se mantendrá. Por último indicó que los fondos del extranjero tampoco tienen el mismo margen del año pasado para comprar dólares. “Una parte importante de la cartera de los inversores no residentes en pesos ya se transformó a moneda extranjera. Las tenencias de activos en pesos de extranjeros eran equivalentes a 20 mil millones de dólares en 2018, mientras que este año la cifra es equivalente a 5 mil millones”, indicó. Los técnicos del Central hicieron las cuentas y apuestan a que no habrá nuevas corridas. Pueden tener razón. El año pasado los economistas del Central también aseguraban que el desarme de las Lebac no iba a ser traumático para la economía; y finalmente lo fue.