Gigarama.ru es un sitio ruso especializado en fotos tipo gigapixel y publicó una toma aérea de la catedral de Notre Dame, en la que pueden verse con detalle los estragos que dejó el incendio del pasado lunes. Las fotos tipo gigapixel son composiciones logradas a partir de una gran cantidad de fotogramas en alta resolución, que se combinan usando un programa que pega los mil millones de pixeles. Así se obtiene una foto panorámica sobre la que puede hacerse zoom y ver la escena con detalles asombrosos.

En el caso de la fotografía de la catedral de Notre Dame, fue captada luego de que los bomberos lograran apagar las llamas que consumieron la aguja y el entramado de madera del techo durante seis horas. En la fotografía de 360 grados se pueden apreciar los alrededores de la catedral, así como los daños. Al acercar la imagen, se llega a ver bomberos trabajando aun dentro del edificio.

Para acceder a la foto completa hay que entrar a gigarama.ru. Allí es posible hacer un paneo con el mouse y hacer zoom por los alrededores de la catedral para dar un paseo por la Ciudad Luz.

El incendio comenzó en lo que se conoce como “el bosque de Notre Dame”, uno de los tesoros de la catedral, una maravilla de la arquitectura gótica (segunda mitad de la Edad Media) que no formaba parte habitualmente de los sitios visitados por los casi 12 millones de turistas que recibía por año. 

El bosque era una inmensa estructura situada en el techo de la catedral, de 100 metros de largo por 13 de ancho en la nave y 10 metros de altura, construida con madera de roble. Este entramado estaba formado por unas 1.300 vigas, cada una de las cuales procedía de un árbol distinto, por lo que se estima que para su construcción fue necesario cortar al menos unas 21 hectáreas de bosques. De allí venía su nombre. Se estima que algunos de los árboles de los cuales procedían podían tener entre 300 y 400 años de antigüedad, lo que quiere decir que databan de entre los siglos VIII y IX.

Esta estructura de madera sostenía un techo construido con unas 1325 láminas de plomo de 5 mm de grosor, cuyo peso alcanzaba las 210 toneladas.

De acuerdo con la página oficial de la catedral, en el año 1196, el obispo Maurice de Sully legó en su testamento unas 5000 libras para la compra de plomo para el tejado del templo. Una de las ventajas de esa capa de plomo es que permite sellar perfectamente la superficie de la estructura, según reseña la Biblioteca Nacional de Francia. De acuerdo con el arcipestre de la catedral, Patrick Chauvet, hay inspectores de incendio que de forma rutinaria supervisan la edificación, incluyendo el techo de madera, cuyo estado verifican tres veces al día.

Frédéric Létoffé, directivo de un grupo francés especializado en la restauración de edificios y monumentos antiguos, explicó que la catedral dispone de detectores de humo pero que no hay aspersores automáticos en la zona del bosque, ya que nunca quisieron instalar ningún sistema eléctrico por el riesgo de un cortocircuito.

De acuerdo con Vincent Dunn, un consultor en temas de seguridad contra incendios entrevistado por The New York Times, los lugares religiosos representan un desafío para los bomberos. “Estas catedrales y centros de culto están construidos para quemarse. Si no fueran lugares religiosos, estarían clausurados”, aseguró.