El arzobispo de París, Michel Aupetit, y el obispo Patrick Chauvet, párroco de la catedral de Notre Dame, afectada por un incendio el lunes último, encabezaron el Via Crucis por las calles de París recorriendo junto a miles de fieles las iglesias dedicadas a diferentes vírgenes que comparten el nombre del templo siniestrado.

De esta manera, el catolicismo se sumó a las distintas manifestaciones de apoyo que llegaron de todo el mundo y de distintos sectores, luego de que el fuego destruyera gran parte del edificio construido a partir de 1163 en la isla de La Cité, en medio del río Sena.

“Nuestra Señora de París, nuestra querida catedral, testigo de tantos eventos importantes en nuestro país, fue destruida por un terrible incendio después de tanto resistir las vicisitudes de su historia”, dijo el arzobispo antes de iniciar el recorrido.

Francia “llora, y con ella sus amigos de todo el mundo. Su corazón se conmueve porque sus piedras son el testimonio de una esperanza invencible que, por el talento, el coraje, el genio y la fe de los constructores, levantó este encaje luminoso de piedras, madera y vidrio. Esta fe sigue siendo nuestra, una y otra vez”, añadió Aupetit.

El Via Crucis, que es una representación del camino que hizo Jesús desde que fue condenado a muerte hasta que murió crucificado, se compone de 14 estaciones. Igual número de iglesias, que llevan por nombre Notre Dame,  recorrieron los feligreses en París.

La ceremonia solía realizarse en el interior de la catedral y se utilizaba la corona de espinas de Cristo, que fue una de las reliquias salvadas de las llamas el pasado lunes por los bomberos. Este año no fue usada en la peregrinación.

Así lo confirmó la Orden del Santo Sepulcro en Francia en su cuenta de Twitter, donde informó que la reliquia sería expuesta durante una ceremonia realizada luego del Via Crucis, en la iglesia de San Sulpicio. El Via Crucis pudo ser seguido en vivo a través de la cuenta de Twitter de la diócesis de París, desde donde el arzobispo Aupetit dejó un mensaje en video: “No tengan miedo, todavía estamos de pie y tenemos esta esperanza de ir hasta el final de donde el Señor nos lleva”.

A través de la red social, la jerarquía católica parisina relató que “muchos de los fieles vinieron excepcionalmente a la cabecera de Notre Dame en lugar de ir a su parroquia habitual” para participar de la ceremonia del Viernes Santo. El trayecto religioso se concretó con el acompañamiento de personas que compartieron emocionadas las distintas evocaciones católicas, hasta concluir en un perímetro en torno a la catedral de Notre Dame, que tras el incendio se mantendrá vallada hasta el próximo lunes.