El homenaje que la Cámara de Diputados le rendía al ex presidente Raúl Alfonsín a diez años de su muerte, desató una catarata de repudio contra la diputada oficialista Elisa Carrió por su “campaña del odio” y los exabruptos contra el fallecido ex gobernador José Manuel de la Sota y el candidato socialista de Santa Fe, Antonio Bonfatti. Sin mucha convicción, Carrió intentó despegarse de su insulto al cordobés y explicó sin éxito su desafortunada frase. Aguantó con displicencia algunos de los discursos que la repudiaban pero al final se fue del recinto sin escuchar a la diputada y última esposa de De la Sota, Adriana Nazario, quien dijo las palabras de Carrió “han sido ofensivas” porque “involucran a una persona que no se puede defender”. El dato fue que nadie del interbloque de Cambiemos abrió la boca en defensa de la diputada.

“Yo no estaba hablando mal de (José Manuel) De la Sota, estaba hablando del narcotráfico en Córdoba”, buscó excusarse Carrió sobre la frase que lanzó contra el fallecido ex gobernador cordobés cuando dijo que “gracias a dios se murió De la Sota”, durante su paso por la provincia para respaldar a Mario Negri, quien compite por Cambiemos en las elecciones provinciales del próximo 12 de mayo. Carrió hizo esa especie de descargo cuando participó del homenaje a Alfonsín y cuando se refirió al ex presidente afirmó que lo hacía en nombre de su padre –y no en el propio para definirse como “yo la peor de todas”–  para luego explayarse en un relato autoreferencial de su relación política y personal con el ex presidente. El discurso de Carrió fue desorganizado, en parte por las críticas que le hacían desde la oposición que se incrementaron cuando trató de despegarse de sus propios dichos en Córdoba: “Como yo creo en Dios, quizás los otros no me entiendan cómo pienso, por eso me cargan a mí, porque yo te digo Toty (a su ladero Héctor Flores), esto es de dios. Sí, yo soy creyente y ustedes no me entienden… yo no estaba hablando mal de De la Sota, porque incluso lo conocí. De lo que estaba hablando es del narcotráfico en Córdoba y ahí todos se callan y nadie habla. ¡De cómo está expandido el narcotráfico en Córdoba!”, argumentó Carrió. Los gritos desatados desde la bancas de la oposición demostraron la poca fe en sus palabras. 

Carrió habló de una supuesta “inestabilidad emocional” que le atribuyen desde su primera infancia y buscó ampararse en el supuesto hecho de que los hombres la consideran una “mujer ingoberable” y por eso la critican y les molesta su comportamiento. “Es una gracia de Dios que ustedes me acusen. ¿Saben por qué? Porque que ustedes me acusen es mayor gracia que puedo tener. Su acusación me hace llevar unos puntos para el cielo”, desafió.

Mientras Carrió hablaba, Nazario la escuchaba unas filas más atrás. Ella esperó con paciencia su turno para presentar una cuestión de privilegio contra Carrió que la chaqueña no escuchó porque se retiró antes del recinto. “Invocar a dios por su muerte es difamante e increíble”, sostuvo Nazario, y afirmó que “sus palabras han sido ofensivas, altamente agraviantes, y aún más graves porque involucran a una persona que no se puede defender”. Y agregó que “no vale contestar agravios e insultos, pero quiero que se sepa que los dichos de Carrió ofenden la memoria de José Manuel de la Sota, a su familia y al peronismo de Córdoba”. La oposición en pleno la aplaudió a rabiar.

Victoria Donda sostuvo que le daba “vergüenza” compartir la Cámara con Carrió, que “bastardea la política” y pidió “perdón” en nombre de la mayoría de los diputados a las hijas y familiares. 

Leopoldo Moreau homenajeó a Alfonsín pero apuntándole a Carrió. Afirmó que el ex presidente nunca atravesaría los límites de “vulnerar el estado de derecho”. Alfonsín “fue a los tribunales como defensor de los derechos humanos para presentar habeas corpus cuando pocos lo hacían en la dictadura pero nunca uso los tribunales contra los adversarios políticos”, indicó Moreau para sentenciar que tampoco “sería parte del partido del odio”.

La kirchnerista cordobesa Gabriela Estevez sostuvo que para Carrió “la república es un slogan antiperonista y que “dinamita la convivencia política cada vez que abre la boca”. Repasó varios de sus exabruptos y sostuvo que tiene que rendir cuentas sobre “la red de espionaje ilegal para perseguir opositores y armar causa judiciales”. También le recriminó al jefe del interbloque de Cambiemos, Mario Negri, que “en lugar de repudiar los dichos de Carrió lo calificó como un hecho de valentía. Una expresión muy cobarde”. Para Carlos Selva del Frente Renovador, los insultos de Carrió son parte de “la estrategia electoral del vale todo” y como tal la diputada suele “recurrir pensadamente al narcotráfico para tener repercusión en la población”. En ese sentido recordó que supo acusar a Duhalde pero que luego “tuvo que pedir disculpas” y que hizo lo mismo con  Massa y volvió a hacerlo dos días atrás contra Bonfatti cuando dijo “si quieren votar a  Los Monos, voten a Bonfatti”. Más allá de alguna queja a viva voz cada vez que la oposición cuestionaban al gobierno, durante este momento de la sesión ninguno de los oficialistas salió en defensa de Carrió.