La mañana comenzó encendida en la city porteña. El primer indicador de alerta fue el riesgo país: superó los 1006 puntos en el inicio de la jornada. La incertidumbre financiera no encuentra techo. Los inversores se desprenden de forma masiva de los activos argentinos y potencian la dolarización de sus patrimonios. Desde este lunes comenzó una nueva corrida contra la moneda y el dólar se ubica cada vez más cerca de los 50 pesos. Este jueves tocó un nuevo pico de 47,50 pesos en el Banco Nación. Pasado el mediodía retrocedió un poco hasta 46,30.

El Gobierno se encuentra desorientado. Hace pocos días lanzó una batería de medidas para intentar estabilizar el tipo de cambio y contener el problema de los precios. La respuesta del mercado fue clara: no le creen más al equipo económico. Los inversores locales y los fondos del extranjero se cansaron de escuchar promesas incumplidas y de observar ineficiencia en la gestión de los funcionarios del Banco Central y el Ministerio de Hacienda. 

Hasta ahora los grandes inversores no se habían desprendido masivamente de los títulos soberanos. Pero esta semana comenzó una nueva fase de la crisis financiera con ola de venta de bonos que llevaron el riesgo país arriba de 1000 puntos. No ocurría desde febrero de 2014. La situación es idéntica con las empresas argentinas que cotizan en Nueva York. Los fondos se las están sacando de encima a precios inesperados hace un año. Los bancos caen este jueves más de 12 por ciento y ya cotizan a valores de remate.