Después de una segunda jornada en la el dólar trepó a 47 pesos y el riesgo país alcanzó los 1000 puntos, el presidente Mauricio Macri ratificó el rumbo económico de su gestión y confirmó su candidatura presidencial. Para explicar las dos jornadas de inestabilidad, Macri señaló al mercado como "un tipo que está detrás de una computadora en un lugar lejano" y que "han dudado de nuestra convicción de seguir en este camino y que no queremos volver atrás".

En ese tono, Macri salió a comprometerse con el pago de la deuda para los tomadores de bonos y el FMI —organismo al que le agradeció por la "mano adicional" que le dio a la Argentina— y se entusiasmó con un próximo mandato en el que se confirme el rumbo de ajuste económico con "un presupuesto mejor: con menos gastos y menos impuestos". 

El presidente descartó bajarse de su candidatura a la reelección y apuntó que solo falta "confirmar el resto de los candidatos" e indicó que aún no eligió a su candidato a vicepresidente, dejando abierta la negociación con la UCR.

A la sociedad, Macri le volvió a pedir "remar" la crisis e insistió en "llevar tranquilidad" porque "estamos haciendo lo que hay que hacer".


"Esto se arregla trabajando juntos en la dirección que empezamos hace 3 años y medio", insistió Macri ante la consulta de qué podía decirle a los argentinos que la están pasando mal por la situación económica. El presidente mantuvo el discurso de campaña que extiende "la herencia": "Arrastramos 80 años con inflación promedio del 62 por ciento. Tuvimos 100 años, en lo que  en 77 años, tuvimos un presupuesto mentiroso, porque se gastaba más de lo que había y ocho veces hicimos default", enumeró el mandatario sin autocríticas a la inestabilidad generada por las medidas de los últimos tres años. 

En ese tono, el mandatario destacó las medidas de "alivio" para el corto plazo, entre ellas, el acuerdo con las empresas alimentacias para mantener congelados 64 productos hasta las elecciones, programa que aún no llegó a los supermercados y que los empresarios ataron a la estabilidad de las variables económicas. "Lleva un tiempo, hay que llevar alivio a la gente. Esta no es una transición cualquiera", abrió Macri el paragüas electoral. 

El presidente destacó haber salido a tomar deuda desde el inicio de su gestión, con su reiterada frase sobre que "el mundo nos abrió los brazos", y agradeció la "mano adicional" que el FMI le dio a la Argentina, cuando los brazos de los mercados del mundo se cerraron. 

"Los mercados son otro mundo. Es un tipo que está detrás de una computadora en un lugar lejano, que compran venden, que tienen una visión de corto plazo  y que no nos conocen", describió la debilidad económica del país e insistió: "Lo que ha pasado ayer y hoy es que ellos han dudado de nuestra convicción de seguir en este camino y creen que queremos volver atrás".

En ese "atrás", Macri apuntó no solo contra el kirchnerismo sino también contra el peronismo. "Para el mercado es el cambio o volver a la conducción del peronismo, que no ha quedado en una condición de credibilidad hacia al mundo Es una historia muy pesada, es una carga", volvió a victimizarse.   

A pesar de que desde algunos sectores se leyó la tensión cambiaria de los últimos días en una decisión del denominado "círculo rojo" de quitar el respaldo a Macri para que lo reemplace en la candidatura presidencial María Eugenia Vidal, el mandatario confirmó su candidatura y dijo que mientras "se confirman los otros candidatos", su gestión debe "gobernar y llevar tranqulidad".