La artista Coolpa denunció que su obra “María feminista”, también conocida como la “Virgen abortera”, que integra la muestra colectiva “Para todes, tode”, fue sustraída sin aviso ni respuesta a los pedidos de información del paradero de la misma. “Tal vez se fue volando”, se quejan entre la ironía y el desconcierto Coolpa y la curadora Kekena Corvalán. “¡Qué digan dónde está! La desaparición de una obra es algo inédito en la historia de las exposiciones”, apuntan mientras aseguran que desde el sábado distintas personas se acercaron a la muestra del Centro Cultural Haroldo Conti especialmente para ver “María feminista” y no pudieron hacerlo porque nadie sabe dónde está.

No se trata de cualquier obra sino una con un historial de censura y prohibiciones que comenzó a fines de febrero. “María feminista” es una estatuilla de yeso de 85 centímetros intervenida con el pañuelo verde de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito. “Para tode, tode” es una muestra colectiva organizada por los trabajadores del Conti, que llevan adelante un cronograma de actividades sin presupuesto por parte de las autoridades en el marco de lo que denuncian como un plan de vaciamiento de ese espacio en particular y de la ex ESMA en general.

A principios de marzo la virgen entró al Conti en una suerte de procesión-performance, escoltada por los trabajadores del lugar, artistas y curiosos, y fue colocada en la vidriera de la librería, uno de los lugares más transitados del centro cultural. Dos días después grupos antiderechos realizaron pedidos para que se sacara la obra de la muestra y también hubo amenazas telefónicas a la librería con el mismo objetivo.

Al día siguiente de la inauguración, la Secretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural publicó un tuit en el que se desentendía de la exposición y aseguraba que nunca hubieran permitido que se expongan obras “que atentan contra los valores religiosos”. Después de esto, según explicó Coolpa a Página12, “los trabajadores del Conti empezaron a recibir presiones de las autoridades para que saquen la obra, también dijeron que era por orden de Michetti. Sin embargo, los trabajadores decidieron por asamblea no sólo no sacar la obra, sino trasladarla a la sala principal de la muestra, en una base bien alta para que no se pueda alcanzar”.

Un mes después Colvalán, la curadora, fue intimada con una cautelar lograda por un grupo de abogados católicos que exigía que la obra fuese retirada de la muestra. La Secretaría a cargo de Claudio Avruj acompañó la medida y trasladó la Virgen abortera a una oficina que permanece cerrada y rodeada por carteles que prohíben la entrada de niños y adolescentes a la misma. A partir de ese momento los espectadores que quieren ver la obra deben solicitar un permiso en mesa de entrada. “Así estaban las cosas hasta hoy”, cuenta Coolpa, “el resto de la exposición y actividades pudieron seguir tal cual estaban y mi obra quedó recluida en este ‘espacio especial’. Hasta ayer, que directamente desapareció. Desde ese momento estamos tratando de comunicarnos con el Director del Conti pero no ha dado respuesta”.

A pensar de la censura, el 28 de mayo, la Virgen abortera encabezará la movilización popular que acompañará una nueva presentación del proyecto de interrupción voluntaria del embarazo de la Campaña Nacional por el Aborto Legal Seguro y Gratuito.