En Brasil, políticos, camioneros y periodistas podrán portar armas en la vía pública. En el decreto firmado por el presidente ultraderechista brasileño, Jair Bolsonaro, dado a conocer ayer, se liberó aún más la tenencia de armas, que ya había flexibilizado a comienzos de su mandato. De acuerdo a la nueva resolución, firmada el martes, armas de fuego clasificadas como cortas y que usen munición común, como las pistolas 40, 45 y 9 mm pueden ser compradas y cargadas por todos los ciudadanos seleccionados, un uso que antes era restringido a las Fuerzas Armadas y policiales.
El decreto establece modificaciones al llamado Estatuto del Desarme para autorizar la portación y comercialización de armas a políticos electos en un cargo público, camioneros, periodistas que cubran asuntos policiales, abogados, agentes penitenciarios, guardias privados, trabajadores de institutos de menores, agentes de tránsito y empleados de empresas de transportes de valores, entre otros. “La seguridad pública comienza dentro de casa”, había dicho el ultraderechista, que posó el martes junto a sus ministros haciendo su ya característico gesto de arma con las manos, luego de la firma de la resolución. A Bolsonaro le gusta citar habitualmente su caso personal para ejemplificar su inclinación a tener armas en casa. Según su relato, enseñó a sus cuatro hijos varones a manipular revólveres a partir de los seis años, con el ingreso a la escuela primaria.
La determinación fue publicada ayer en el Diario Oficial de la Unión y causó sorpresa, porque el martes Bolsonaro había encabezado un acto donde había afirmado que la portación de armas y municiones en la calle iba a ser permitida apenas a cazadores y tiradores deportivos.
Según el presidente, con este decreto se garantizará el derecho individual de que cada quien que quiera tener y portar un arma de fuego lo pueda hacer. En este sentido, Bolsonaro afirmó a Red TV que los ciudadanos tienen el derecho de defender su propiedad y que a su entender el mejor modelo de código penal es el de Estados Unidos, donde cada estado tiene su ley. De esta forma, terminó de cumplir con una de sus más fuertes promesas de campaña, muy apoyada por la llamada bancada de la bala en el Congreso.
La resolución, firmada también por los ministros de Justicia y Seguridad, Sérgio Moro; el de Defensa, Fernando Azevedo e Silva, y el jefe de gabinete, Onyx Lorenzoni, elimina, además, algunas restricciones que existían para la importación de armas y municiones. No obstante, esto recién entrará en vigor dentro de 30 días. “Rompemos el monopolio (de fabricación de armas). Pero esto entrará en vigor recién dentro de 30 días porque quiero conversar con Paulo Guedes (ministro de Economía) el asunto de los impuestos para no perjudicar a la empresa brasileña”, afirmó el mandatario citado por el diario Folha de San Pablo.
El texto del decreto de este martes, que trata sobre la adquisición, registro, posesión, porte y comercialización, permite también que los tiradores deportivos, coleccionistas y cazadores, conocidos en Brasil como CAC, puedan transitar con el arma cargada y tengan derecho a adquirir hasta mil cartuchos anuales, en lugar de los 50 actuales, en función del calibre.
El decreto complementa otro dictado el 11 de enero, que ablandó las exigencias para la venta de armas a civiles. La disposición modificó el llamado Estatuto del Desarme, una ley votada en 2003 y que a un año de su aprobación logró disminuir las tasas de homicidios en Brasil. El Estatuto permitía la posesión de armas a personas mayores de 25 años sin antecedentes penales y con una ocupación lícita, una vez que demostraran capacidad psicológica y técnica para su uso, y justificaran su necesidad. Ahora, esto último ya no será necesario.
Como en el decreto que firmó en enero, que habilitó la compra hasta cuatro armas y dejó abierta la posibilidad de comprar otras más, el mandatario insistió en que esta nueva medida responde a una demanda de los brasileños en 2005. Ese año, casi el 64 por ciento de los brasileños rechazó por referéndum una ley que pretendía establecer una prohibición total de la venta de armas.
Para Caio Pizetta Torres, especialista en temas de seguridad de Control Risks, la medida abre la puerta para facilitar el porte de armas. “Basta que un ciudadano común se afilie a un club de tiro y participe de entrenamientos para poder obtener el registro y, en consecuencia el derecho de transitar con armas cargadas, en el trayecto hasta el lugar de entrenamiento. En la práctica, la verificación de esa exigencia es subjetiva y ofrece al portador del arma la posibilidad de siempre alegar estar en tránsito”, afirmó. Según el experto, es de esperar que el número de registros se dispare en los próximos años.