Yanina Farías, la mujer de 32 años con retraso madurativo, que se encontraba presa hacía un año y nueve meses acusada de no impedir que José Leguizamón matara a su hija de dos años a golpes, fue absuelta por la Justicia luego de que el fiscal desistiera de los cargos, por lo que se ordenó su liberación.

En el juicio oral en el que se la acusaba de "homicidio agravado por el vínculo en condición por omisión", el fiscal Guillermo Altube desistió de la imputación por considerar que no había elementos para acusar a la mujer, que pasó 600 días detenida.

Los jueces Fabián Brahim, Viviana Guerrieri y Miriam Rodríguez, del Tribunal Oral 4 de Mercedes, resolvieron que el desestimiento de la fiscalía era razonable y ordenaron la liberación de Farías, quien fue trasladada a la Unidad 5 de Mercedes para tramitar su egreso del penal de Magdalena, donde permanecía presa.

"El Ministerio Público Fiscal tomó los argumentos de la defensa de Yanina y realizó una evaluación de la prueba con perspectiva de género. Si esto hubiera pasado en primera instancia Yanina jamás hubiera estado presa ni llegado a juicio", aseguró Alejandro Bois, abogado de la mujer. Y continuó: "Lo que queremos ahora es que este fallo sea tomado por la Procuraduría de la Provincia y llevado a todas las fiscalías para capacitar, y que no vuelva a suceder".

En tanto, José Leguizamón, autor del asesinato de Xiomara, deberá aguardar hasta el 29 de mayo el veredicto que definirá si le dan 22 años de cárcel o cadena perpetua, según el Tribunal considere que fue homicidio simple o con alevosía, como sostuvo el fiscal.

El juicio oral comenzó el 29 de marzo y tuvo siete audiencias que estuvieron acompañadas de movilizaciones en la puerta de los tribunales de Mercedes de organizaciones feministas y de derechos humanos, nucleadas en la campaña Libertad para Yanina Farías y Justicia por Xiomara.

"Es un día histórico y estamos muy felices. Hemos logramos gracias a la lucha coordinada de distintos organismos y organizaciones que se aplique una perspectiva de género y se haga justicia", indicó Margarita Jarque, de la Comisión Provincial por la Memoria, tras la absolución de Yanina.

Presente en la sala de audiencias, Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, sostuvo que "Yanina vivió un tremendo martirio con Leguizamón, pero también todo este tiempo injustamente en la cárcel", y celebró la posición del fiscal Altube. "Los jueces se quejaban de que con el ruido que hacían afuera no se escuchaba nada, y es un poco así. Pero, paradójicamente, a veces ese ruido es el que hace que la palabra de las mujeres como Yanina llegue al oído de los jueces", afirmó Cortiñas.

En tanto Hernán Zabala, del Programa Nacional de Asistencia a las Personas con Discapacidad en sus relaciones con la Administración de Justicia --Ministerio de Justicia y Derechos Humanos (ADAJUS), remarcó que "Yanina fue víctima de violencia por parte de Leguizamón, incluso hay una descripción de esa convivencia como un cautiverio al que la mujer era sometida". "En este sentido --señaló-- la resolución y los alegatos del fiscal son un ejemplo de la importancia de la perspectiva de género y discapacidad a la hora garantizar el debido proceso de las personas".

En 2017, Yanina vivía con su padrastro y sus tres hijos. La madre de Yanina, separada de su marido y con nueva pareja, le pidió que se mudara para cuidar su casa en Cuartel Quinto (Moreno) porque ella viajaba. Al tiempo de instalarse allí con sus hijos menores (el mayor se quedó con el abuelo para seguir yendo a la escuela), Xiomara y Gabriel --de 4 años-- le avisó que iría a vivir con ella José Leguizamón. Nunca se supo fehacientemente el vínculo de Leguizamón con los padres de Farías. Desde su llegada a la casa de la mamá de Yanina, Leguizamón abusó de ella física, sexual y psicológicamente. También castigó violentamente a los chicos en diversas oportunidades.

El 6 de agosto de 2017, Yanina se dispuso a cambiarle los pañales a Xiomara cuando ésta se puso a llorar. Leguizamón se enfureció, apartó brutalmente a Yanina y comenzó a pegarle a la beba hasta que la nena se desmayó. Yanina no pudo defenderse ni defenderla. Recién cuando terminaron los golpes y Leguizamón se calmó, pudo llevar a la pequeña a una sala de primeros auxilios. La beba estaba tan golpeada que la derivaron al hospital de Moreno y de allí al Garrahan. Xiomara murió durante la madrugada del 7 de agosto y Yanina quedó detenida desde entonces.