"La pintura que está en la tapa es un detalle de un acrílico sobre vidrio, lo hizo Hery Paz, un gran saxofonista y clarinetista cubano que vive en Nueva York. Es un músico con quien estuve de gira hace un año más o menos, y como tuvimos mucha afinidad musical y estética lo primero que se me ocurrió fue pedirle que hiciera algo para la tapa", explica Ernesto Jodos sobre la ilustración con la que abre La mirada detenida (BlueArt Records, 2019), el disco que presenta hoy a las 21, en el teatro del Centro Cultural Parque de España (Sarmiento y el río).

La elección plástica, virtud también del diseño de Germán Arese -destaca Jodos-, es de un ingreso preciso. Entre pinceladas y manchas, los colores comparten un concepto de correlato con la música: la figuración se vuelve evanescente. "Es una idea musical que está en varios de los temas. Estamos en una situación y de alguna manera, sin que se sepa cómo -si bien nosotros sabemos cómo-, aparece otra situación. Como si te transportaras a otro lado. Alguno de los músicos inicia algo y eso nos lleva a otro lugar. Muchas de esas cosas son parte de la composición y otras son puramente improvisadas", comenta el pianista.

La mirada detenida ofrece ocho composiciones propias (una de ellas, "La orilla de tu cielo", en dos versiones), que Ernesto Jodos comparte con Inti Sabev (clarinete), Maxi Kirszner (contrabajo) y Carto Brandán (batería). Un grupo de trabajo en el cual deposita una confianza premeditada. "Sí, es bastante trabajo, por decirlo de alguna forma. Se trabaja mucho para lograr esas situaciones, para que esas transiciones no lo parezcan. Eso es lo bueno de tener un grupo durante tanto tiempo".

--Entre esos temas, ¿por qué "Doppelgänger"?

--Con los nombres me cuesta bastante, pero "Doppelgänger" salió rápido, estaba en una de mis épocas lyncheanas (risas). En ese momento, mi vida cotidiana estaba muy rodeada de David Lynch y especialmente de Twin Peaks; salió eso ahí porque era lo que estaba dando vueltas. En general, muchas composiciones fueron nombradas para hacer el disco, esa es la verdad. No soy muy programático, escribo con una idea más clara de sonoridad en la cabeza y después, cuando tengo que poner el nombre, empiezo a leer buscando algún tipo de imagen que pueda empatar con el tema.

--Si de Twin Peaks no se puede salir, creería que del jazz tampoco.

--Hay músicos que han querido salir y lo han logrado, pero para mí es un mundo tan amplio que, precisamente por eso, no quiero salir.

--En ese recorrido que el jazz te ofreció, ¿qué cuestiones confluyen en La mirada detenida?

--Es un camino en donde hay muchas influencias que traté de ir asimilando y destilando, y muchas ideas que llevo conmigo desde el principio, a veces con mayor o menor éxito en su realización. El disco es una continuación de lo que vengo haciendo, especialmente cuando hago música mía. Cuando hago música de repertorio jazzístico es otra la visión, trato de poner algo personal dentro de ese repertorio. Pero en lo que es música propia, es un camino que viene ya desde los tiempos del sexteto, que tiene 20 años. Se trata de buscar esas maneras, esas transiciones, para que la música esté organizada pero no se note que está demasiado organizada. Hay que confiar mucho en los músicos con los que toco. Esas son cosas que me han acompañado durante todo el camino.

"Escribo con una idea más clara de sonoridad en la cabeza y cuando tengo que poner el nombre, empiezo a leer buscando alguna imagen".

--Insisto con "Doppelgänger", entre ese tema y el que sigue, "La orilla de tu cielo", se produce un descanso, un cambio anímico.

--En el armado de la secuencia de los temas, en un disco o en el set de un concierto, está siempre esa búsqueda de ver cuánta continuidad y cuánto contraste generar. "La orilla de tu cielo" es un tema viejísimo, que siempre sentí que era muy distinto a las cosas que estaba haciendo ahora, pero luego me di cuenta de que no lo era tanto, también porque algunos me lo hicieron notar así. Más que nada, el contraste está en el carácter del tema, definitivamente.

--¿Qué emociones juegan al momento de tocar en Parque de España?

--El Parque es un lugar muy cercano para mí, musical y emocionalmente. La primera vez que toque ahí no estaba el piano, por ejemplo, fue en el '98 o '99, con el trío de Javier Malosetti en un Festival de Jazz. Allí grabé un disco de piano solo, también un disco a dúo con Carlitos Casazza. He tocado mil veces, es un lugar que lo siento siempre muy cercano y donde estoy muy cómodo. Está lleno de recuerdos musicales. También he tocado ahí con la Big Band de la escuela de música de allá, en un concierto muy lindo. Toqué allí por primera vez con Luciano Ruggieri, un baterista que adoro. Este concierto va a estar muy teñido de todas esas sensaciones.

--Al repasar ciertos temas -"Modos de existencia", "La mirada detenida"- surge una poética que relaciona esas palabras con la música misma.

--Soy un poquito existencialista (risas). Tiene que ver con sensaciones. Me gusta mucho leer, no te digo que sea un gran lector porque no me dedico a eso, pero leo bastante poesía y veo mucho cine. Estoy muy rodeado de imágenes que no necesariamente significan algo más que esa imagen. Con la música me pasa lo mismo, no le busco más significado a las composiciones o al momento de tocar que lo que pasa y puede generar en mí y en otros, si es que hay alguien escuchando.