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Informe especial sobre el impacto de la crisis en las pymes
Por Roberto Navarro
El debate sobre si el efecto de la crisis brasileña en la economía argentina será una caída del PBI del 3 por ciento, del 2 o del 1 se torna abstracto frente a la realidad de una empresa que cierra. Para las pequeñas y medianas empresas de los sectores más afectados por la devaluación del real, esa posibilidad está a la vuelta de la esquina. Las pymes metal& uacute;rgicas, del calzado, gráficas y productoras agropecuarias -entre otras- ya están sufriendo caída de ventas, ahogo financiero y suspensiones y despidos de personal. Para algunas, la debacle de la moneda brasileña fue un golpe sorpresivo que las dejó fuera de juego de un día para el otro; para la mayoría fue la gota que rebalsó el vaso. Desde que se constituyó el Mercosur, y comenzaron a bajar los aranceles, las pymes argentinas están compitiendo con sus pares brasileñas en desigualdad de condiciones. Mientras Brasil alienta sus exportaciones con subsidios que llegan hasta el 45 por ciento del costo, en el país las pymes, además de no tener subsidios, no consiguen un financiamiento adecuado para competir.
La promesa del presidente brasileño, Fernando Henrique Cardoso, de ir eliminando los subsidios, no conforma a los empresarios nacionales que ven en un tipo de cambio de 2 reales por dólar un obstáculo insalvable para el comercio regional. Además, varias pymes consultadas por Cash afirmaron que los bancos locales les están restringiendo el crédito a las empresas de los sectores más comprometidos. Hay pymes que exportaban a Brasil a las que les cancelaron todos los pedidos; otras que sufren el ingreso de productos brasileños un 30 por ciento más baratos que hace un mes e incluso empresas que pierden terceros mercados en los que compiten con el socio mayor del Mercosur.
Los fabricantes de calzado están a la defensiva. Estuvieron siete años para convencer al Gobierno de que tenía que defender a la industria de la invasión de productos chinos. En 1997, cuando se instrumentó una medida de salvaguarda, ya habían cerrado 997 empresas y se habían perdido 14.400 puestos de trabajo. Ahora la invasión es brasileña. Si siguen tardando en hacer el diagnóstico, lo que van a hacer es una autopsia, advirtió a Cash, Carlos Bueno, titular de la Cámara de Fabricantes de Calzado. Y aportó datos: En 1998 ingresaron 11 millones de pares desde Brasil, 2 millones más que en 1997. Y en enero se importó un 20 por ciento más que en enero del año pasado. A partir de la devaluación, el calzado brasileño bajó un 30 por ciento sus precios. La mayoría de las fábricas de calzado son pymes, detalló el empresario.
El abuelo de Héctor Pietranera comenzó a fabricar zapatos finos de mujer en 1908. Hoy la empresa Calzados Pietras tiene a 20 de sus 35 empleados suspendidos. Los brasileños están ofreciendo sus productos a pagar a seis meses y a nosotros los bancos nos huyen, contó a Cash, Pietranera. Y agregó: Son tan fuertes que ya armaron su propia estructura de distribución en el país. Estamos vendiendo casi la mitad que hace un año y encima los comerciantes no nos pagan, porque cada día venden menos. Competir de igual a igual con ellos, que reciben subsidios del Estado por el 45 por ciento del costo, es imposible, completó Pietranera.
La empresa de autopartes Forja San Martín tenía 400 empleados en 1996. Ahora le quedan 230. En los últimos años, invertimos en máquinas, capacitamos al personal y comenzamos a exportar; pero nos cambiaron las reglas del juego y se vino todo abajo, explicó a Cash Jorge Rodríguez, uno de los socios de la empresa. Hasta hace dos años, los autos nacionales no podían tener más de un 40 por ciento de piezas importadas. En 1996 un decreto del Poder Ejecutivo elevó ese porcentaje, en algunos casos, hasta el 80 por ciento. Las minidevaluaciones del año pasado ya nos estaban dejando fuera de precio, pero, con la cotización actual del real, no podemos vender ni allá ni acá, se quejó Rodríguez. Y agregó: Además, los jefes de compras de las empresas que están en los dos países (todas menos Renault) tienen su sede allá. De los 36 mil trabajadores del sector autopartista, 9800 están suspendidos.
En la industria gráfica 8700 pymes les dan trabajo a 67 mil trabajadores. Según Juan Carlos Saco, titular de la cámara que agrupa al sector, los gráficos, que son casi todos pymes, invirtieron 700 millones de dólares en los últimos años para convertirse en una industria competitiva a nivel mundial. Pero llegó la devaluación del real. En dos meses el saldo comercial positivo que teníamos con Brasil se convirtió en negativo, remarcó Saco a este suplemento. Las importaciones gráficas son directas e indirectas. Cualquier producto que ingrese envasado del exterior trae una etiqueta y un código de barras.
En enero nos suspendieron todas las entregas que teníamos programadas, comentó a Cash Roberto García, dueño de la gráfica Multilabel. La pyme, que tiene 60 empleados, le vendía el 20 por ciento de su producción a Brasil. El Mercosur nos enseñó a exportar. Además de Brasil, les vendíamos a Bolivia y a Uruguay, pero la depreciación del real hace que ellos sean más competitivos y nos roben también esos mercados, explicó García, y añadió: Esto recién empieza; si no se toman medidas, tendremos que empezar a despedir gente.
Para los pequeños productores agropecuarios, que vienen sufriendo la caída de los precios internacionales de granos, la debacle brasileña es un nuevo golpe. Juan Carlos Obejero tiene 100 hectáreas sembradas de algodón en el Chaco y las comercializa por intermedio de la cooperativa Toba. De las 300 toneladas que vendemos al año, 200 van a Brasil y en enero nos cancelaron todas las entregas, contó el productor a Cash. En el mercado interno no se puede crecer porque el 60 por ciento de los cheques vienen rechazados. Luego de la caída de los bancos Patricios y Mayo, la situación de las pymes del interior empeoró. agregó Obejero. El 70 por ciento de la producción algodonera argentina se exporta y de ese total el 80 por ciento va a Brasil. En estas condiciones va a ser difícil mantener a las 45 personas que trabajan en el campo. Además, la DGI aprieta y el Banco Nación sólo me dejó un descubierto de 5000 pesos, puntualizó el productor.
La situación de los arroceros es similar. Teníamos 700 toneladas en camino y vinieron de vuelta. Y encima no nos pagan lo que ya les entregamos, se lamentó Horacio Roca, productor e integrante de la cooperativa Domingo Faustino Sarmiento. Brasil compra el 60 por ciento de la producción arrocera, pero, según los productores, este año adquirirá la mitad. La devaluación y la recesión brasileña, sumada a una buena cosecha de ese país, son las causas. Estamos buscando mercados para reemplazar a Brasil; ya salió una comisión para Perú, México, Colombia y Costa Rica, comentó Roca. Pero es difícil. Los fletes son muy caros para esos países; no podemos financiarlos porque, además de no ayudarnos, el Estado nos retiene el IVA por seis meses, indicó.
Brasil es el segundo país exportador de indumentaria del mundo, después de China. A pesar de eso, la empresa John L. Cook se animó a instalar locales allá. Apuntamos todos nuestros cañones a Brasil, aseguró a este suplemento Marcelo Gallardo, gerente financiero de la empresa. Pero primero la recesión y luego la devaluación les cortó el envión. Las ventas fueron cayendo en los últimos meses y hoy la única forma de vender es sin rentabilidad, se lamentó Gallardo.
El sector metalúrgico siempre tuvo déficit comercial con Brasil. Pero en los últimos tres años el rojo pasó de 700 millones de dólares a 1500 millones. José Batista es el dueño de la fábrica de elementos de sujeción (tornillos, arandelas) B.M.S.A. Hace 35 años que empecé, llegué a tener 110 empleados, relató a Cash el empresario. Exportaba el 40 por ciento de la producción a todos los países limítrofes, incluido Brasil. Con un real a un dólar todavía competíamos, pero ya el año pasado, cuando llegó a 1,10, comenzamos a perder mercados, agregó Batista. A partir de la devaluación no exporté un tornillo más porque los brasileños me robaron todos los clientes; pero, además, estoy perdiendo los clientes locales. Me quedan 46 empleados y voy a empezar con suspensiones de un día por semana, señaló el industrial.
El ministro de Economía, Roque Fernández, dijo que no se tomarán medidas que afecten el comercio con Brasil hasta no comprobar un daño real. En la recorrida que efectuó Cash por las pymes de los sectores más afectados pudo comprobar que el daño ya existe. El ministro también dijo que los ineficientes desaparecerán. Pero este muestreo detectó varias pymes que están en peligro porque compiten, sin ningún apoyo del Estado, contra empresas que reciben subsidios y que cuentan con una moneda que los mismos industriales del país vecino reconocen como subvaluada. En estas condiciones, las pymes, que aportan el 70 por ciento del empleo del país, están en peligro.
Los bancos se defienden de las quejas pymes
La mayoría de los dueños de pymes afirma que los bancos los discriminan a la hora de otorgar créditos. Y que prefieren prestarles a las empresas grandes. Las empresas de los sectores más afectados por la crisis brasileña denuncian, además, que en los últimos meses algunos bancos los pusieron en la lista negra por considerarlos clientes de alto riesgo.
Consultado por Cash Ricardo González, gerente del área Pymes del Banco Galicia, respondió: Por supuesto que actuamos con más cautela, pero no sólo con las pymes, sino con todas las empresas. Debemos cuidar nuestra cartera. Hacemos un monitoreo continuo por los distintos sectores. Si detectamos un cliente que exporta el 80 por ciento de su facturación a Brasil, lo llamamos y analizamos su situación. Pero no hay prejuicios sectoriales ni pedidos de cancelación anticipada. Según González, el Galicia destina el 20 por ciento de sus créditos a las pymes.
El gerente de pymes de la Banca Nazionale del Lavoro, Alfredo Varela, rechazó esa acusación: Las pymes son nuestros clientes por tradición, tenemos más de 6000 en cartera. No hay una política sectorial. Ahora, si una empresa autopartista bajó un 50 por ciento sus ventas por la devaluación del real, tenemos que reducirle el monto de los créditos. Nosotros destinamos el 50 por ciento de nuestros préstamos a las pymes, explicó el ejecutivo.
A su turno, Oscar Llano, gerente de Créditos Pymes del Banco Río, comenzó negando la información que publicó otro matutino sobre la suspensión de su línea de créditos pyme. Fue un invento del periodista, aseguró. Y agregó: Tenemos varios tipos de créditos para pymes y todos están vigentes. Hay sectores que tienen una luz amarilla pero no les cortamos el crédito. Estamos destinando un 18 por ciento de nuestros préstamos a las pymes.
Las cámaras de las pymes fijan su posición |
Por Aldo Garzón
Cash consultó a los máximos representantes de las cámaras que agrupan a las pequeñas y medianas empresas, y con matices coincidieron en que ese sector está en crisis. Crisis que no tiene su origen en la devaluación del real, sino que viene de arrastre desde mediados del año pasado, cuando la actividad económica empezó a mostrar signos de debilidad. Lo que sigue son los reportajes realizados a los titulares de Apyme, CGI y CGE. |
Francisco Dos Reis, Apyme
El problema
es el modelo
Después de la devaluación del real, la sensación que tenía la gente en la Argentina era que los brasileños eran unos invasores y unos cretinos, pero en realidad desde hace varios meses las propias pymes de ellos están peor que las de acá, manifestó el titular de Apyme, Francisco Dos Reis, quien mantiene un fluido contacto con las pequeñas y medianas empresas del vecino país y asegura que el verdadero problema es el modelo.
-¿La crisis de Brasil, entonces, es un factor adicional a los problemas que arrastra el sector?
-Sí. La caída del PBI industrial en la Argentina no empezó con la devaluación brasileña, sino que se viene registrando desde hace ocho meses. El primer impacto se notó en la industria automotriz, que desde ese tiempo viene despidiendo personal.
-¿Por qué varios sectores salieron recién ahora a pedir aranceles compensatorios y
otras formas de protección?
-No se entiende. Se contradicen. Querían que el Estado no interviniera en nada, y ahora resulta que quieren que se meta en todo. Nosotros, en cambio, no somos liberales. Siempre dijimos que el Estado tiene un rol determinante en el equilibrio de la sociedad.
-¿Piensa que el modelo tiene consenso?
-No creo que la sociedad acepte semejante castigo. Hay un tercio fuera del modelo y los otros dos tercios están en el límite, entre la vida y la muerte. Eso genera parálisis psicológica, terror, pero no aceptación.
-¿Qué política se necesita para ayudar a las pymes?
-Hace falta una política de Estado para la industria. Si diseñaron una red de seguridad para salvar bancos, bien pueden hacer lo mismo para pymes. El gran problema es que todos trabajamos para el sistema financiero, que es en el único en donde no se hizo el ajuste.
Mario Elkouss, CGI
Los bancos son agresivos
Mario Elkouss, titular de la Confederación General de la Industria, cree que enero fue el piso para la caída de la actividad industrial, pero aclara que todavía seguimos ahogados. Elkouss dijo que no sólo hay una sensible caída del empleo en el sector, sino que también muchas empresas están pagando los sueldos con atraso y a veces lo hacen en dos o tres veces, mientras liquidan stock para hacerse de fondos que no pueden conseguir en los bancos.
-Después de tantas quejas por la posible invasión de mercaderías brasileñas, resulta que en realidad en enero han bajado las importaciones.
-Pero es en términos absolutos. No se aclara que, aunque se está importando menos desde Brasil, también ha bajado el consumo interno. La relación es si en diciembre entraban 900 camiones desde Brasil, ahora deben estar pasando 700, pero el consumo es de alrededor de 450.
-¿La culpa, entonces, no la tiene Brasil?
-Lo único que hizo la devaluación brasileña fue complicar aún más la situación, porque desde el segundo semestre del año pasado se viene detectando una menor actividad industrial. Durante años Brasil nos ayudó mucho en nuestra balanza comercial, por eso ahora no podemos salir a decir que el Mercosur no sirve.
-¿Ustedes también corrieron a buscar protección estatal cuando estalló la crisis cambiaria en Brasil?
-No. Lo que hicimos fue pedir mejores mecanismos de control de la Aduana.
-¿Cuáles son los principales problemas de las pymes?
-Tenemos una gran presión del sector financiero. Lo que han hecho las pymes es tener menor relación con los bancos, que incluso se muestran agresivos con sus clientes. Además, este sector es el más castigado impositivamente. Antes las empresas pagaban Ganancias en cabeza de los socios, con alícuotas que iban desde el 7 al 33 por ciento. Ahora somos sociedades anónimas y tenemos que pagar el 35 por ciento.
César Tortorella, CGE
Hoy es Brasil,
mañana China
La actitud de la Secretaría de Industria es el colmo, no tiene sentido, dijo el presidente de la Confederación General Económica, César Tortorella, quien asegura que para el responsable de esa área, Alieto Guadagni, sólo existe el sector automotriz, mientras a nosotros nos toca defender a los autopartistas, que son los pequeños empresarios que están en la cadena de producción.
Desde hace varios meses, Tortorella viene proponiendo un fondo anticrisis para las pymes. Con la red de seguridad a los bancos, el Gobierno ya demostró que puede defender a un sector cuando quiere, así que es hora de que hagan lo mismo con nosotros, reclamó. El dirigente empresarial considera que no es necesario cerrar la economía. Su idea consiste en crear un fondo con los derechos específicos que se cobran por mercadería ingresada con dumping, que es un adicional por sobre el arancel normal de importación, y cobrar impuestos transitorios de entre el 15 y el 20 por ciento al ingreso de productos que superen sus promedios de los últimos tres años.
Calculamos que, de esa forma, podemos juntar alrededor de 400 millones de dólares en un año, que podrían utilizarse para reintegros transitorios a los exportadores con problemas para encontrar nuevos mercados después de cada crisis, señaló. Es que, para Tortorella, las crisis son cada vez más recurrentes. Hoy es Brasil, antes fue México y mañana puede ser una devaluación en China, sintetizó. El 60 por ciento de las exportaciones realizadas a Brasil en los últimos años fueron hechas por las pymes. Actualmente, según Tortorella, o no nos compran o piden descuentos de entre el 15 y el 20 por ciento.
Salir a buscar nuevos mercados es difícil. Se le recordó a Tortorella el caso chileno con sus frutas y vinos. Sí, pero ProChile tenía 50 millones de dólares para promover exportaciones, y acá tenemos una Fundación Exportar que gasta 3 millones y no los sabe usar, manifestó.
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