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ECONOMíA EN PAGINA/12 WEB
25 JUNIO 2000








 DESECONOMIAS
 por Julio Nudler


Bendita renta financiera

Como es sabido, las rentas financieras de fuente local (es decir, las obtenidas en el país, sea en el sistema bancario o en el mercado de capitales) están exentas del impuesto a las Ganancias, mientras que las de fuente extranjera están gravadas, aunque en general la DGI no tiene forma de enterarse de su existencia, a menos que el rentista las declare voluntariamente, lo que por lo común no ocurre. Entre exención interna y evasión externa, el fisco argentino estaría dejando de percibir unos 5000 millones de pesos cada año, por lo que no le queda otro remedio que quitárselos a los pobres.
Este mismo asunto está levantando ampollas en la Unión Europea desde hace cuatro años. En esos países, cuyos regímenes tributarios son claramente más progresivos que el argentino, las rentas financieras están gravadas en todos los casos. Frente a ello, los honestos ciudadanos viejomundistas optan por colocar su dinero en el país vecino, donde como inversores extranjeros están exentos, y no declarar capital ni intereses al ente recaudador de su país. Para cegar esta vía de evasión se propuso que la Impositiva de cada estado miembro le entregara obligatoriamente la pertinente información sobre tenedores de activos financieros al organismo similar del país de residencia de cada titular.
En la reciente reunión de la Unión Europea en Portugal se llegó, tras mucho discutir, a un acuerdo lavado, que por ahora autoriza pero no impone la entrega de información, conjurándose otro proyecto que postulaba gravar esas rentas en la fuente. Es decir, retener el impuesto donde se gesta el hecho imponible, sin esperar a que el perceptor de la renta lo declare. Esta iniciativa fue bloqueada por centros financieros como Londres o Francfort, mientras los neonazis austríacos se hacían los difíciles, extorsionando a sus socios –que los tienen políticamente castigados– con la regla de la unanimidad, exigida para toda decisión comunitaria. Peleándose por la plata de ahorristas y contribuyentes, los 15 de la Unión Europea se parecen bastante a los 4 del Mercosur.