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ECONOMíA EN PAGINA/12 WEB
13 AGOSTO 2000








 BUENA MONEDA
 por Alfredo Zaiat


Fiesta en el Palacio

El escenario convocaba al optimismo. El precioso Palacio Duhau tiene un encanto que alegra a aquellos que admiran no la riqueza monetaria que refleja, sino la arquitectónica que fascina. En ese ambiente apacible, Horace “Woody” Brock, con cinco grados académicos y especializado en Economía de la Incertidumbre desarrolló su receta para que un país crezca y sea exitoso. En dos mediodías seguidos, invitado por Juan Navarro, titular del Grupo Exxel, Brock explicó ante un selecto auditorio que el impresionante crecimiento de Estados Unidos se debe a la flexibilización laboral, la desregulación del mercado de capitales y su posición dominante en la denominada “nueva economía”, que le permitió un fuerte aumento de la productividad. Y agregó otro elemento que para él es fundamental para entender los ocho años de avance arrollador de la locomotora americana: “se necesitan líderes optimistas que contagien ese estado de ánimo a la sociedad”. Resulta imposible no relacionarlo a la Argentina ante el actual estado depresivo que enfrenta el Gobierno de Fernando de la Rúa. Brock puso como ejemplo Japón, que salvando las obvias diferencias con Argentina, también está sumergido en una recesión que lleva años. Vale la pena conocer cómo piensa Brock que Japón podría dar el puntapié inicial para comenzar a crecer en forma sostenida:
“Yo le recomendaría al emperador de Japón que abra el Palacio Imperial al público, puesto que hoy está vedado su ingreso. Organizaría una gran fiesta, monumental, con muchas luces, música y adornos. Invitaría a las 600 personalidades más importantes del mundo de todas las áreas, desde la artística, científica, política hasta deportiva. También, y fundamental, convocaría a los más destacados japoneses, pero con una sola restricción: que no superen los 30 años y estén trabajando en actividades vinculadas a la nueva economía. Les puedo asegurar que con ese mensaje cambiará el humor de los japoneses y su economía empezará a crecer rápidamente. Se trata, en definitiva, de la estrategia win-win (ganar y ganar).”
Si no fuera que hay que entender que los americanos están viviendo una envidiable burbuja de prosperidad y, por lo tanto, hay que rendirse ante la soberbia que emana de una sociedad que nunca antes había vivido una fiesta de consumo y crecimiento como la actual, resultaría fácil ridiculizar su propuesta. Pero ante el profundo pesimismo que invade a los argentinos y no sólo a los marginados del sistema, sino también a sus beneficiarios, sería interesante, al menos, que el Gobierno y su séquito de economistas con José Luis Machinea a la cabeza dejen de lado la estrategia que tienen para mejorar el humor de la gente.
Las políticas que elogia Brock son discutibles. La Alianza defiende algunas y trata de imponerlas. También se puede abrir el debate sobre el modelo y el 1 a 1. Y polemizar sobre estrategias impositivas, industriales y de política económica en general. Pero lo que a esta altura resulta increíble es que Machinea aspire a salir de la recesión recreando un círculo virtuoso de crecimiento, que necesariamente debe ser impulsado por el consumo doméstico, con baja salarial, suba de impuestos y recortes del gasto público. Y si todo esto fuera poco en ese objetivo de mejorar el estado de ánimo de la gente, al equipo económico no se le ocurrió mejor idea que impulsar un proyecto de ley de poda de las jubilaciones superiores a los 800 pesos, adelantado el jueves pasado por Página/12.
Se sabe que los ministros de Economía no aspiran a ser populares. Y mucho menos si se trata de ejercer ese trabajo en Argentina. Pero Machinea parece que quiere marcar el record con esa idea de recortar jubilaciones. Si Brock tiene razón, no sería mejor pensar otras ideas para cambiar el humor de la gente para que la economía pueda salir del pozo. ¿La propuesta de la CTA de un seguro de empleo y formación para los jefes de hogar desocupados de 380 pesos no podría tener el mismo efecto que supone “Woody” Brock provocaría en los japoneses una fiesta en el Palacio Imperial?