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Opinión

Racismo, negacionismo y la democracia que se deshace

En un país donde el gobierno niega el racismo y desmantela las políticas destinadas a combatirlo, la democracia se vuelve cada vez más frágil. El negacionismo de la ultraderecha avanza mientras crece el desencanto social y cae la participación ciudadana. Frente a un Estado que retrocede y un campo popular desorientado, nombrar el racismo es un acto político urgente.

Lo que el gobierno no quiere ver: postal de la marcha antifascita y antirracista del 1 de febrero del 2025.

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