A 17 años del asesinato de los militantes Maximiliano Kosteki y Darío Santillán organizaciones sociales se movilizaron a Puente Pueyrredón para realizar un acto en conmemoración y para reforzar el reclamo de juicio y castigo a los responsables políticos de la represión en la que fueron asesinados los jóvenes. Cerca del mediodía hubo incidentes con la Policía Federal y Prefectura que montaron un amplio operativo que incluía un vallado para impedir que los manifestantes puedan subir al puente y reclamar. “Ha sido un día de mucha bronca y el mensaje del gobierno quedó más que claro. Están desesperados por volver a tener los votos que perdieron”, dijo a PáginaI12 Alberto Santillán, padre de Darío. Luego agregó que lo sucedido fue “una provocación a los familiares que estamos pidiendo justicia por Darío y por Maxi”, y remarcó que “a 17 años nos duele tener que volver a soportar este tipo cosas”. 

El objetivo inicial de las organizaciones sociales era realizar una marcha de antorchas y subir al puente para llevar adelante el acto central con los familiares de las víctimas. La consigna de la manifestación, que se realiza todos los 26 de junio desde 2003, esta vez era: “Los asesinos de ayer no pueden ser los salvadores de hoy” y algunas de las organizaciones que estaban presentes eran el Frente Darío Santillán, el Frente de Organizaciones en Lucha, el Movimiento Teresa Rodríguez, el Movimiento Popular La Dignidad, el Polo Obrero, organizaciones de Derechos Humanos y diferentes personalidades. Pero quienes se encontraban reclamando no pudieron subir al puente porque había una valla instalada desde la noche anterior sobre la avenida Hipólito Yrigoyen. Se trataba de la “supervalla” construida en China que se utilizó como parte del operativo de seguridad del G20. “Anoche hubo una vigilia. A pesar del clima y de todas las dificultades vinieron muchos compañeros con sus familias y se encontraron con que había una valla en la avenida Pavón para que no podamos siquiera avanzar más allá de la altura del Carrefour”, indicó el hermano de Darío, Leonel Santillán. Durante el mediodía se llevaron adelante intensas negociaciones con las autoridades policiales para poder avanzar y realizar el acto, pero no prosperaron. Hubo momentos de tensión cuando algunos manifestantes se acercaron al vallado y mantuvieron discusiones con los efectivos de seguridad. “Había una orden clara de no dejarnos pasar y marcar una actitud que una parte de la sociedad avala. La verdad es que fue algo muy violento. Fuimos a reclamar y recibimos escudazos, patadas y nos provocaban para que termine todo mal”, expresó Alberto Santillán y agregó que “no pasó a mayores porque nosotros lo evitamos. Había familias, chicos y no queríamos que vuelva a pasar lo mismo que pasó en el 2002”. 

Por su parte, el Frente Popular Darío Santillán publicó en sus redes un comunicado en el que subrayaron que “por primera vez en 17 años un gobierno busca impedir que los familiares y compañeros y compañeras de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki hagamos la marcha y el homenaje a nuestros compañeros en el Puente Pueyrredón”, y luego pronunciaron: “Darío y Maxi fueron asesinados por una represión planificada desde el Estado que dejó además 40 heridos con balas de plomo. ¿Cómo puede la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, justificar este absurdo operativo de seguridad?”.