PáginaI12 en Italia

Desde Matera

Matera, en la región italiana de Basilicata (sur del país), es una increíble ciudad cuya población, durante varios siglos, y hasta medidados del siglo XX, vivió en las grutas escavadas en las rocas donde no sólo residían las familias sino los propios animales con los que compartían las habitaciones dadas las bajísimas temperaturas y la nieve del invierno. También es posible encontrar entre las rocas (“I sassi” los llaman en italiano) restos de antiguas iglesias, a menudo residencias de monjes bizantinos, construidas en las grutas donde hasta se conservan frescos del periodo romano-bizantino (395-1453 d.C). Entre ellas Santa Maria de Idris, casi completamente excavada en la roca, originaria del siglo XIV, que debe su nombre a las cisternas y canales para la recolección de agua.

El Parque Regional Arqueológico, que comprende Matera y la localidad cercana de Montescaglione,  donde se encuentran cientos de grutas y entre ellas unas 150 iglesias rupestres, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993. Y Matera en su conjunto, desde el 19 de enero de 2019 y hasta el 20 de diciembre próximo, es la Capital Europea de la Cultura.

Escalar decenas de escaloncitos entre la blancas casas de tufo –la piedra típica del lugar–, caminar entre las grutas-hogares de familias que hasta se habían inventado un método para recoger agua potable en un pozo dentro de la casa, subir y bajar las pedregosas colinas de Matera para tener una visión global de las grutas, produce una sensación increíble. La historia está presente. Pero no es una historia común. Es una historia que relata y re-evalúa la vida de los pobres, y no sólo de los ricos como a menudo suele suceder. Hasta la década del 1950, “i sassi” di Matera eran la “verguenza nacional” porque allí vivían familias numerosas de escasos recursos. Luego, cuando las familias fueron trasladadas a casas populares,  “i sassi”se transformaron en un verdadero capital cultural. En Matera se han filmado dos películas famosas: “El Evangelio según Mateo” del italiano Pier Paolo Passolini en 1964 y en 2004 “La pasión de Cristo” del actor y director estadounidense Mel Gibson. En septiembre comenzará la filmación de una nueva película sobre James Bond.

Pero a estos valores fijos de la ciudad hay que agregarle –dado el declarado rechazo de inmigrantes de parte del actual gobierno italiano–, la positiva actitud hacia los extranjeros de parte de los materanos y las numerosas actividades culturales dedicadas a los “últimos”. Todo queda claro a partir del título que eligió esta nueva Capital Europea de la Cultura para su programa de actividades: “Open Future”, es decir, un futuro abierto a todo y a todos. 

Durante este año se han organizado 450 eventos culturales, varios de los cuales irán luego a otros países. La financiación ofrecida por la Unión Europea fue de 52 millones de euros, pero hasta ahora se han usado 48 millones.  Y todo esto aumentó notablemente la presencia de turistas que pasaron de 200.000 en 2010 a casi 700.000 en 2019, con todos los beneficios que eso implica para la ciudad.

Entre las muchas muestras de arte que inauguró Matera este año, tanto de arte clásico como contemporáneo, una de ellas se refiere al Renacimiento (“El Renacimiento visto desde el sur”) con una visión muy diferente de las tradicionales exposiciones sobre ese tema, resaltando la contribución y el acento puesto por el sur de Italia. Casi como queriendo decir:  “El sur también existe”, tal como tituló su famoso poema el uruguayo Mario Benedetti y que luego cantó magistralmente Joan Manuel Serrat. Las obras expuestas (pinturas, esculturas, libros, mapas, entre otros) tratan de hacer evidente la gran contribución del sur de Italia al Renacimiento, de los cuales Nápoles fue uno de los actores principales. Entre las presentes en esta exposición realizada en el Museo de Arte Medioeval,  están obras de Antonello da Messina, Andrea Mantegna, Donatello y Giovanni Bellini, entre otros, todas producto de un “mar de intercambios culturales”, se destacó. “Esta es una exposición que muestra la Europa que nace en el Mediterráneo, que ha puesto en contacto distintas civilizaciones. Esta es una muestra de puertas abiertas, de vínculos que se abren y no se cierran”, comentó Marta Ragozzino, Directora del Polo Museal de Basilicata y responsible de la muestra. 

Es que el tema de las puertas abiertas, de la inclusión social, está presente en toda Matera Capital de la Cultura, casi como para mostrar a los que no quieren que los migrantes lleguen, que éstos pueden ser una fuente de riqueza. “Varios proyectos de Matera Open Future ponen el acento sobre la inclusión social y por eso se ha dado participación a inmigrantes –contó a PáginaI12  Serafino Paternoster, jefe de prensa de la fundación Matera-Basilicata 2019 que se ha encargado de organizar todas las actividades de este año–. Nosotros creemos que Europa debe tener un futuro abierto, es decir ser abierta e inclusiva. Refugiados y migrantes han sido incluidos para enseñar a los italianos sus tradiciones, su cultura. Uno de estos inmigrantes, por ejemplo, creó varios modelos –e hizo un desfile de moda– con las frazadas térmicas que les dan a los migrantes rescatados en el Mediterráneo o cuando llegan a tierra para cubrirse del frío. Muchos ciudadanos de Matera se han acercado para aprender de estos inmigrantes, porque ellos tienen mucho para enseñarnos”. “Otro de los varios proyectos de inclusión -concluyó Paternoster-, fue uno teatral que tiene como protagonistas a migrantes y ciudadanos de Matera como actores.  Nuestro programa se titula precisamente Open Future porque creemos que Europa debe utilizar este slogan: un futuro abierto, abierto a todas las culturas y sus contribuciones”. Algunos migrantes, sólo por dar otro ejemplo, trabajaron también como artesanos en el carro, de esculturas de madera y papel maché, que el hoy celebrará el día de la Virgen de la Bruna, protectora de Matera.

Pero Matera Capital Europea de la Cultura montó también varias muestras de arte contemporáneo, como Memori (Museo Euro Mediterráneo del Objeto Rechazado), que recuperó para sus obras objetos rotos o perdidos en el mar en varias ciudades de países mediterráneos porque “el rechazo y el descarte puede ser un óptimo medio para crear acercamiento entre comunidades distintas”, explicaron los organizadores. Otra exposición contemporánea fue I-Dea, cuyo material fue encontrado en los distintos archivos de Basilicata y sintetizados en videos. La muestra fue montada en un gran salón del hoy conocido como Parco Sculture La Palomba que era originariamente una mina de tufo, es decir una cantera donde se recortaban el tufo encontrado en la montaña adyacente. En el exterior, ante una inmensa pared de tufo blanco, hay varias obras de escultura moderna del artista Antonio Paradiso, hechas con el acero recuperado y completamente herrumbrado, de las Torres Gemelas de Nueva York, destruidas en el atentado de 2001.