Han conquistado el mundillo de las historietas, del cine, de la tevé, pero –en su afán todoterreno– ahora Marvel tiene los ojos puestos en flamante mira: los auditorios de los colegios secundarios. ¡Boom! ¡Zap! ¿Huh? Lo dicho: Marvel quiere plantar bandera en escuelas embarcándose en un formato diferente: las obras de teatro. Específicamente, “piezas de un acto especialmente desarrolladas para adolescentes”, que “exploran la humanidad de sus superheroínas y superhéroes favoritos, mostrando cómo equilibran el dominio de sus nuevos poderes mientras enfrentan desafíos del mundo real”. Tal es la síntesis que ha dado la empresa sobre Marvel Spotlight, como ha titulado a la flamante colección dramatúrgica, que debuta con tres títulos: Hammered: A Thor & Loki Play, de Christian Borle, muestra a estos hermanos en disputa, los dioses nórdicos del trueno y la travesura, compitiendo para impresionar a sus padres. Squirrel Girl Goes to College, de Karen Zacarías, tiene a la chica con poderes de ardilla reinventándose en un nuevo colegio; y Mirror of Most Value, de Masi Asare, cuenta cómo Ms Marvel –léase Kamala Khan, adolescente musulmana que vive en Jersey– aprende a lidiar con sus propias imperfecciones (un descontrolado fanatismo... por escribir fanfics). Editadas en colaboración con la editorial Samuel French, cada librito cuesta 10 dólares, pero –Marvel al fin– llevarlas a escena requiere desembolsar unos billetes más. Los colegios que, en sus programas dramáticos, se decanten por estas opciones en detrimento de otras más habituales (y seguramente más recomendables, como Sueño de una noche por verano, Las brujas de Salem o Our Town, de Thornton Wilder, populares en escuelas de Estados Unidos), abonarán bonus track: entre 75 y 125 dólares por función que den. Y un cachito más de querer usar el logo de Marvel en carteles y programas, no vaya a ser cosa... La topadora no regala ni un centavo, aunque de teatro mega-amateur se trate. ¡Boom! ¡Zap! A recaudar.