Al mejor estilo CSI: Crime Scene Investigation, un equipo forense ha aclarado un crimen... del Paleolítico. No quien lo ha perpetrado, ¡qué va!, si han pasado 33 mil años. Pero, tras décadas de hipótesis no concluyentes, científicos aseguran hoy que la persona a la que pertenecía una antiquísima calavera –hallada durante la Segunda Guerra Mundial por mineros rumanos en una cueva de Transilvania– murió asesinada. Por tanto, señalan voces en tema, se trataría de uno de los asesinatos entre humanos modernos más antiguos de los que hay registro, testimonio de la violencia entre personas de antaño. “Desde su descubrimiento, ha intrigado a los paleoantropólogos. Una de las causas de esa intriga son dos fracturas en la parte superior del cráneo Cioclovina calvaria, como fue bautizado. Aunque muchos lo zanjaron diciendo que eran producto de la acción del tiempo sobre el fósil, un grupo de forenses de la antigüedad ha determinado ahora que fueron provocadas en vida por dos fuertes golpes en la cabeza que le provocaron la muerte”, dispensa el diario El País sobre el hallazgo, recientemente publicado en la revista científica PLOS ONE. Escrito por Elena Kranioti, antropóloga forense de la Universidad de Creta, Grecia, dicho sea de paso, responsable de la investigación, que allí anota cómo “el hombre sufrió dos fracturas en el cráneo, una lineal y otra fractura con hundimiento que, según las pruebas, se produjeron alrededor del momento de la muerte del individuo”. Con su team de especialistas, procedieron a estudiar además cuál podría haber sido el arma asesina, simulando distintos escenarios con calaveritas sintéticas. Que fueron, por caso, arrojadas desde 3 y 10 metros de altura, golpeadas con una piedra, etcétera. ¿El resultado? Las lesiones más similares las provocó un palo redondeado; arremetida la muerte por traumatismo craneal por fuerza bruta, acorde a los análisis, por un zurdo o alguien que usó ambas manos para matar. Lo importante del caso, advierte Kranioti, es que permite corroborar que no todo tiempo pasado fue más pacífico: la violencia y el asesinato eran parte del comportamiento de las primeras personas modernas. Y ya está.