Nuevas narrativas, nuevos formatos, nuevas plataformas. El afianzamiento de las redes sociales en el ecosistema comunicacional, la reconversión de los medios, la hibridación profesional. Las carreras de periodismo y comunicación social navegan entre el desafío de los acelerados cambios tecnológicos, la crisis en el mapa mediático (con cierre de medios y precarización de los periodistas) y los tiempos y complejidades de la vida académica para aprobar modificaciones en los planes de estudios que las mantenga actualizadas, pero sin perder la esencial formación de miradas críticas y transformadoras.

Con más o menos años de trayectoria, las facultades que dictan carreras relacionadas al ámbito de la comunicación (poco más de treinta a nivel de educación superior pública) vienen trabajando en cómo acompañar las nuevas realidades del mundo infocomunicacional y los entornos profesionales con las particularidades de sus zonas de influencia. Pero la matrícula de estudiantes de Periodismo ha menguado en algunos casos o se ha desplazado hacia otras subdisciplinas del área de la comunicación con mejor salida laboral. (ver recuadro)

“Existe una histórica tensión que oscila entre la demanda del mercado para buscar la eficiencia y la rentabilidad de manera cada vez más directa, y la idea de producir comunicadores y comunicadoras que atiendan al sentido crítico. Es entre estas dos tensiones y una tercera que tiene que ver con la Academia, con la producción propia de conocimiento, donde se estructura el nudo a partir del cual son tan complejas las reformas de planes de estudio, principalmente atendiendo a este mapa en permanente movimiento constituido por el escenario mediático tanto en lo que hace a aspectos técnicos, tecnológicos como a los aspectos que tienen que ver con las transformaciones sociales que de ellos devienen.” Directora de la carrera de Comunicación Social de la Universidad de Cuyo, Eva Rodríguez Agüero, dice que eso no significa que debería haber menos teoría, pero que “sí sería deseable que la teoría estuviera más articulada con la práctica”.

En UNCuyo están trabajando en una reforma del plan de estudios para principios de 2020 que contemplará nuevos formatos, nuevas plataformas y nuevos lenguajes, la fuerte presencia de las redes sociales y la reconversión de las redacciones, entre otros puntos. También el decano de la Facultad de Sociales de la Universidad de Lomas de Zamora, Gustavo Naón, sostiene que “los contenidos hay que pensarlos en cuanto a nuevos lenguajes, nuevas plataformas, nuevos públicos y nuevo feedback. Hay que pensar las complejidades y la hibridación profesional”.

Licenciado en Periodismo, Naón destaca que es esencial interpretar los nuevos entornos profesionales, sin dejar de impulsar la creatividad, la consciencia social y el pensamiento crítico en la formación de los futuros graduados. La facultad practicó una reforma integral de los planes de estudios en 2011, pero sigue trabajando en los contenidos de algunas cátedras específicas y proyecta crear un Laboratorio de Innovación en Comunicación.

Por su parte, la decana de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Córdoba, Mariela Parisi, señala que es importante actualizar los planes de estudios para incluir, por ejemplo, la problemática de género en forma transversal a la currícula o la utilización del lenguaje transmedia, pero subraya que “en la Universidad Pública, además de contemplar los cambios tecnológicos que obviamente influyen en el ejercicio de la profesión, debemos seguir manteniendo aquella premisa de la formación de profesionales críticos. Atender también a la investigación en comunicación y ciencias sociales, al trabajo extensionista en el territorio, para que además de manejar las nuevas narrativas que imponen los soportes digitales, los comunicadores tengamos qué decir, y estemos alertas aportando miradas transformadoras del mundo”.

Superar algunas trabas

Los obstáculos burocráticos y económicos de la educación superior dificultan también la actualización de las carreras. “La arrolladora y vertiginosa transformación en el campo de la comunicación, hace que cualquier investigación, propuesta, reforma curricular, o proyecto pedagógico innovador quede siempre unos pasos atrás de la realidad”, sostiene María Marta Luján, directora de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Tucumán.

Pero aclara que no obstante las deficiencias presupuestarias, “las cátedras manifiestan un denodado interés en incorporar cada año nuevos autores, crear grupos de investigación con alumnos, organizar encuentros, dictar cursos optativos que aborden temáticas emergentes, como el periodismo digital, el marco legal en materia comunicacional, los medios alternativos, los nuevos recursos de la publicidad en el neoliberalismo, la relación entre medios y políticas de género, etc.; pero, fundamentalmente, los docentes están abocados a elaborar estrategias para que los estudiantes enfrenten a las tecnologías desde el espíritu crítico y la posición política”.

Un caso muy particular se da en la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde el nuevo plan de estudios de la carrera de comunicación está “cajoneado” en el Consejo Superior hace cuatro años. “Lamentablemente los estudiantes de la UBA siguen teniendo un plan de 1985”, que en sus contenidos mínimos plantea el conocimiento del funcionamiento del fax o el télex, asegura Diego de Charras, director de la carrera. Y cuenta que para afrontar las modificaciones del desarrollo tecnológico y de los cambios en las profesiones, plantearon un cambio de enfoque: ya no habrá orientaciones sino terminalidades (producción, investigación e intervención), con un núcleo de materias electivas dentro de un paquete cerrado y otras optativas renovables año a año.

“Históricamente los planes, no solo los de Comunicación -los nuestros son buen ejemplo-, se caracterizaron por ser muy rígidos, muy estancos y en ese sentido muy problemáticos para una disciplina en permanente transformación”, argumenta De Charras y agrega que un plan más flexible como el que elaboraron “permite actualizar rápidamente los contenidos y a la vez habilita a los estudiantes a hacer sus propios itinerarios, por ejemplo en medio de las fronteras lábiles entre el periodismo, la comunicación institucional, la comunicación publicitaria y el marketing”.

Las carreras más nuevas

En la Universidad del Centro, si bien Comunicación Social se dicta desde 1988, la carrera de Periodismo se abrió en 2015: “La currícula que se está implementando buscó recuperar el escenario de transformación tecnológica y cultural, no sólo desde lo instrumental desde los nuevos dispositivos y posibilidades tecnológicas sino desde la reflexión crítica y colectiva sobre el significado de estos procesos comunicacionales en los sujetos”, sostiene la decana de la Facultad de Ciencias Sociales de Olavarría, Gabriela Gamberini.

“Las discusiones del plan de estudios; de la carrera de Comunicación (que se modificó en 2014) y la creación de la carrera de Periodismo se produjeron en el seno de la implementación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (Ley 26.522), escenario en el que se avizoraba la reconfiguración del mapa comunicacional, la presencia de nuevos actores y la apertura de un debate público en torno al campo profesional de periodismo. Esta realidad compleja y demandante sigue implicando nuevos retos para la formación de periodistas y comunicadores, la instalación del debate permanente, y una postura crítica respecto del rol de los grandes monopolios mediáticos”, subraya.

En la Universidad de La Pampa, la Licenciatura en Comunicación Social tuvo desde su creación un plan de estudio (del 2011) que evaluaba la necesidad de dos orientaciones pensadas en problemáticas regionales: la comunicación institucional y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. “En ese sentido, el diseño curricular contempla varias asignaturas donde las herramientas que se ofrecen coinciden con los planteos de los cambios tecnológicos comunicacionales y periodísticos”, asegura la directora de la carrera, Miriam Alvarez. La formación de sus estudiantes se da con una mirada global de los problemas comunicacionales y se incorporan transversalmente contenidos de educación sexual y derechos humanos, además de prácticas comunitarias como requisito de graduación.

En la Universidad de Patagonia Austral, la Licenciatura en Comunicación Social se implementa desde 2004, pero ya están rediseñando un nuevo plan de estudios: “A mí me parece que es importante que se aggiornen y que se puedan revisar los contenidos periódicamente. Igualmente creo que la lógica del trabajo periodístico sigue siendo la misma, lo que te cambia es la plataforma en la que trabajás, los nuevos lenguajes y creo que hay capacitarse y actualizarse en eso”, sostiene Alfredo Fernández, director de la carrera. De cualquier forma, reconoce que es difícil, cuando se piensa un plan de estudio, tener en cuenta cómo va a ser el mercado laboral en cinco o diez años.

Y es verdad, con la velocidad de los cambios, predecir el futuro es tarea de adivinos.