Ucrania anunció la detención de un petrolero ruso en el puerto de Izmail, en represalia por su supuesta participación en un incidente ocurrido en noviembre pasado en el estrecho de Kerch, que provocó la incautación de tres buques ucranianos por parte de fuerzas rusas. Rusia capturó los barcos y sus tripulaciones en las aguas que separan Crimea (territorio ucraniano anexionado por Moscú en 2014) de Rusia. El legislador ruso Vladimir Dzhabarov calificó la detención como una acción absolutamente ilegal. "Si se trata de una toma de rehenes, se considerará como una burda violación del Derecho internacional y las consecuencias no tardarán en llegar", advirtió el ministerio ruso de Relaciones Exteriores, que anunció además que están examinando la situación para tomar las medidas pertinentes.