Uno de los testigos que declararon en la quinta audiencia del juicio oral y público por la muerte de Débora Pérez Volpin dijo haber impreso y entregado a la Dirección Médica del sanatorio La Trinidad de Palermo el informe completo del equipo de monitoreo de los parámetros vitales de la periodista desde el inicio del estudio endoscópico pero en la causa constan apenas 19 de un total de 60 páginas.

Así se desprende de la declaración testimonial que brindó el técnico en electromedicina Juan Martín Chávez, quien dijo haber recibido en la noche del 6 de febrero de 2018, el mismo día en que murió la periodista cuando le practicaban una endoscopía digestiva alta, de baja complejidad, la orden de "la Dirección del Sanatorio" de imprimir el informe del monitor multiparamétrico utilizado durante el estudio.

Ese equipo, también conocido como monitor cardíaco, sirve para medir signos vitales de los pacientes, que son exhibidos en forma constante en su pantalla, como la saturación de oxígeno, el ritmo cardíaco, la temperatura corporal, la frecuencia respiratoria y la presión arterial, entre otros indicadores.

"Yo imprimí todo lo correspondiente a la paciente Débora Pérez Volpin y lo entregué a la Dirección, tal como me lo habían solicitado", aseguró Chávez, quien dijo "no" saber "dónde pueden estar" las hojas faltantes del informe, dado que, en el expediente, desde un primer momento, constan desde la página 37 a la 55, sobre un total de 60.

"El monitor imprime todo; no hay forma de alterar eso", sostuvo el técnico que se encargó de realizar la tarea encomendada por la Dirección del sanatorio La Trinidad de Palermo horas después del fallecimiento.

Chávez fue uno de los cuatro testigos que declaró esta mañana en el juicio, que tiene como acusados de "homicidio culposo" al endoscopista Diego Bialolenkier y a la anestesista Nélida Puente.

Otra de las personas que declaró hoy ante el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional 8 de la Capital Federal, representado en este juicio de manera unipersonal por el juez Javier Anzoátegui, fue el director médico general de la prepaga Galeno, Eduardo Cavallo, quien puso el acento en que Pérez Volpin era una paciente "que tenía patologías previas".

De hecho, se mostró molesto de que, a través de los medios de comunicación "no se dice nunca que la paciente tenía tal cantidad de patologías previas" y consideró "muy importante" que se sepa "que tenía varias internaciones previas a este evento".

"Como institución siempre estuvimos a derecho, siempre se dijo la verdad y siempre quisimos que se sepa la verdad de lo sucedido", remarcó Cavallo, quien detalló que él se encontraba de vacaciones cuando murió la periodista y que cuando regresó días después, buscó reunirse con "todos" los que le fue "posible" para tratar de determinar qué había sucedido, tras lo cual señaló que "siempre" se trató de "reuniones grupales".

Otra de las testigos que declaró fue la médica Cecilia Di Filipo, que fue quien junto a otros profesionales había determinado la necesidad de realizar una endoscopía digestiva alta a Pérez Volpin, entre otra batería de estudios, a raíz del "dolor estomacal" que la paciente refería y "una progresión franca de la alteración del hepatograma".

Di Filipo fue quien le comunicó en un primer momento a la familia que la periodista había entrado en paro cardíaco y, más tarde, que había fallecido, y, en la audiencia de hoy, dijo que ni el endoscopista ni la anestesista habían podido explicar "la causa que llevó al paro a la paciente".