Mauricio Macri jugará su última semana a convencer indecisos, con un cierre de campaña por día en cada uno de los distritos más poblados del país. Este lunes estará en Rosario; el martes jugará de local en la Ciudad de Buenos Aires; el miércoles apostará a Córdoba, que tantas alegrías le dio en el pasado; el jueves hará su cierre en Vicente López, tierra que gobierna su primo Jorge Macri, en un acto conjunto en el que estarán también el jefe del gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal. El compañero de la fórmula presidencial, Miguel Angel Pichetto, solo se mostrará en este último acto, dado que estará destinado a otras provincias para cubrir más terreno en los últimos días.

Se sabe: las últimas semanas de campaña suelen ser frenéticas. Los candidatos entran en un sprint final para intentar convencer a la mayor cantidad de votantes que todavía no hayan resuelto su voto. Y, en una elección que en el oficialismo estiman que será muy ajustada, cada votante cuenta. Por eso, el mensaje la semana pasada fue una y otra vez que vayan a votar en las PASO (las mismas que el oficialismo propuso eliminar). El temor es que el votante de Juntos por el Cambio no concurra a las urnas en una instancia en la que no percibe que se define nada. Por eso, la obsesividad del llamado a que vayan a votar y, desde ayer, a que expresen su apoyo al Gobierno en las redes sociales, sin dar ningún tipo de argumento

En el discurso oficial, el antikirchnerismo y la comparación del pasado con el presente (en aspectos seleccionados) siguen siendo las principales líneas hacia las PASO, con la economía como el tema a evitar. El equipo de campaña le diseñó a Macri un cronograma con cuatro cierres: estará en Rosario el lunes, el martes con Larreta en la Ciudad de Buenos Aires, el miércoles en Córdoba (donde busca recuperar una parte de los votos que le dieron la victoria en 2015), y el jueves, en el cierre, con todos sus principales candidatos en Vicente López, un distrito del conurbano que no le es esquivo como los del sur y el oeste, a los que, de momento, no tiene previsto acercarse.

El acto en Santa Fe será con los candidatos locales, con el eslogan ya conocido: "Los santafesinos van a decidir no volver al pasado". Allí cerrará en el Club Banco Nación de Rosario y los macristas esperan reunir unas 3 mil personas, un público módico, pero bastante mayor al que el macrismo suele buscar para sus actos. 

Pichetto, en tanto, estará el lunes en otras localidades de Santa Fe y luego seguirá hacia Córdoba, donde se instalará el martes y parte del miércoles, con una posible visita a Santiago del Estero. El miércoles será el turno de Misiones para el candidato a vice. Los integrantes de la fórmula se volverán a encontrar recién para el acto final en Vicente López. El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, es otro de los que tiene agenda propia de recorridas: está en Tierra del Fuego hasta el lunes, luego viajará a Entre Ríos, en donde se quedará hasta el jueves. 

Larreta, por su parte, seguirá con su campaña municipalizada (salvo en los actos con Macri). Le espera una última semana de más reuniones con vecinos en clubes de barrio o en sus casas.  En una campaña en que se abandonaron los timbreos, el jefe de gobierno porteño tuvo bastante presencia en actividades cara a cara con votantes, aunque muy cuidadas: Larreta retomó un estilo de campaña parecido al de 2015, cuando hacía pequeños encuentros en casas de vecinos que decidan invitarlos, con poca exposición pero que luego son viralizados por las redes sociales. En una de esas reuniones en una casa afín en Belgrano fue donde Macri la semana pasada aterrizó -literalmente, porque utilizó el helicóptero oficial para una actividad proselitista- y dejó algunas imágenes en sus stories de Instagram. Pero son mucho menos estas acciones que en otras campañas. Un funcionario porteño reconoció a este diario que este año se recostaron mucho más sobre lo digital que en la presencia territorial.