En un operativo que roza la censura previa contra una obra artística, la Justicia contravencional porteña y la Unidad Antiterrorista de la Policía Federal “intimaron” al dramaturgo Carlos Balmaceda a entregar el guion de su obra “La noche en que Pepe Arias veló al fiscal”, y que refiere de manera humorística al fallecido Alberto Nisman.

El insólito hecho ocurrió anoche cuando finalizaba la función del espectáculo que tiene lugar en el teatro La Máscara, ubicado en Piedras al 700, y de la que Balmaceda es director y protagonista. Cuatro policías y una subcomisario que habían sido parte del público se presentaron al final de la función con un oficio judicial en mano y “me requirieron el guion de la obra”, contó el dramaturgo, quien pensó que todo se trataba de “una joda".

Como él se negó, los miembros de la fuerza que depende del Ministerio de Seguridad le advirtieron que lo convocarían a sede judicial y “deslizaron que me podrían allanar la casa buscando el guión”. “Me pareció un acto absolutamente intimidatorio”, definió el artista durante una entrevista radial.

El requerimiento judicial indica que la orden fue dada por la Fiscalía Penal y Contravencional de Faltas 22 –Discriminación- por una posible violación del artículo 3 de la ley 23.592, que penaliza la propaganda que tenga “por objeto la justificación o promoción de la discriminación racial o religiosa”.

Balmaceda no fue informado de quién le hizo la denuncia pero aclara que el espectáculo que refiere a Nisman –y que fue estrenado el 18 de julio pasado, fecha del 25º aniversario del atentado contra la AMIA- no tiene nada que ver con la discriminación ni el antisemitismo.

Según describió, la obra habla sobre “el fiscal, la invención sobre su muerte y las versiones que insisten en el comando iraní venezolano”. Tiene “una parte musical” y “está sostenida sobre el humor negro, el sarcasmo y la ironía”. Desde esa perspectiva, “yo salí a dar una respuesta teatral sobre e ese hecho y sobre la voladura de la AMIA”, explicó.

Como si fuera poco, “La noche en que...” se presenta con una dedicatoria previa a los hermanos Salomón, que habían sido detenidos tras ser acusados por el Ministerio de Seguridad como presuntos “terroristas de Hezbollah. También “a la memoria del ex canciller Héctor Timerman y a la lucha del heroico pueblo palestino”, enumeró el director. “Es más –añadió-, los policías vieron la obra, les gustó, y deslizaron que no les pareció discriminatoria.”

Balmaceda sostuvo que uno de los motivos por los que no entregó el guion es porque “se trata de un material que es de público acceso” que está en la sede de la Sociedad Argentina de Autores (Argentores), donde fue registrado.

Pero, además, “¿cuál puede ser el sentido de exigirle a un autor que entregue su obra como si se tratara de la prueba de un delito? ¿En qué estado de derecho es admisible un atropello de esta naturaleza?”, se preguntó a través de un comunicado en el que también consideró que “el gobierno cambiemista, con Patricia Bullrich a la cabeza, ha ido muy lejos en su afán persecutorio”.

Para él, “lo realmente grave” es que “teniendo o no el guion, ¿quién determina si una obra de arte tiene componente discriminador, racista o que es peligroso?”.

Balmaceda aclaró que, a pesar de las amenazas, asistirá a la fiscalía el próximo lunes y sospecha que allí le “dirán que se trata de una denuncia anónima, privada, de alguien que creyó advertir” un acto discriminatorio “y luego alegarán que la fiscalía solo es un eslabón técnico judicial que solo procede con un trámite legal”. Pero “no es así, ustedes han instalado este clima de persecución y muerte”.

“A la obra la voy a seguir haciendo”, dijo y estimó que la denuncia tendría origen en una serie de publicaciones on line sobre ella. “Aparentemente ellos, y no sabemos quiénes más, hicieron un seguimiento de videos que yo hice de la obra”, estimó.

“Lo que ocurrió también indica que cuando uno toca determinados temas sobre un escenario” y sufre “una intimidación” por ello, “toma un buen camino”, porque le permite detectar cuáles son los asuntos más sensibles para determinados sectores.

 

En este sentido agregó: “’La noche que Pepe Arias veló al fiscal’ seguirá representándose con toda su carga de sarcasmos, ironía y humor negro, haciendo lo que el teatro político tiene que hacer. Hacer que duela, que se sepa, que al menos desde esa misa que es el teatro, la verdad se cuele por los intersticios del poder”.