Las publicidades de cerveza han sido históricamente un núcleo duro del machismo. Para cuestionar las imágenes que reproducen y el lugar de objeto sexual a las que han sido relegadas las mujeres surgió la Comunidad de Mujeres Cerveceras, de la mano de Karen Borensztein. El 8 de agosto junto con Publicitarias.org realizaron el Festival Femibirra, en La Confitería, un centro cultural del barrio de Colegiales, para hablar del tema. Lentamente, se pueden ver algunos cambios en el rubro: en el último comercial de la marca Schneider, se incluyeron imágenes de chicas jóvenes bebiendo en bares en grupos de amigas y amigos y hasta un picadito de fútbol femenino.

--Creo que estos movimientos de personas insatisfechas dentro de la industria son los más interesantes para generar transformaciones. A la vez, a nivel internacional hay un movimiento importante, liderado por ONU Mujeres, para reducir el sexismo de la industria y comprometer a las agencias --apunta Sandra Chaher, directora de Comunicación para la Igualdad.

La campaña de Carrefour del Día del Niño de 2018, que reproducía viejos estereotipos de género, tuvo una repercusión negativa en las redes sociales: ese caso es señalado como ejemplo del costo que puede tener para las empresas no aggiornar sus mensajes a los tiempos de creciente activismo feminista.

--La perspectiva de género dejó de ser una cuestión ética y pasó a ser un tema de negocios. Aquellas marcas que no se actualizan son expuestas en las redes sociales por los consumidores, se ven obligadas a bajar campañas y su imagen se perjudica. Esto implica una gran pérdida económica y de tiempo. Ni hablar de que, en el caso de las mujeres, hay un mercado que no para de crecer y aquellas marcas que no conectan genuinamente con el público femenino se están perdiendo muchas oportunidades --indica Melanie Tobal, fundadora de Publicitarias.org.