Un incendio forestal arrasó con más de 460.000 hectáreas de bosques y pastizales en la zona turística de la Chiquitania (centro y este de Bolivia) y en una reserva natural de la región de Santa Cruz. El gobernador de esa región, Rubén Costas, declaró el estado de "desastre departamental" para disponer de mayores recursos y facilitar la actuación coordinada con el gobierno nacional.

"Son 468.904 hectáreas de bosques que han sido afectadas", precisó Costas, luego de realizar un sobrevuelo por la zona incendiada junto al ministro de Defensa, Javier Zabaleta. Por la magnitud del incendio, aseguró Zabaleta, "toda la guarnición militar" de Santa Cruz, considerado el motor económico boliviano, fue puesta "en apronte".

Tras evaluar la cantidad de hectáreas destrozadas, el gobernador declaró el estado de "desastre departamental" en los municipios más afectados: Roboré y San Ignacio de Velasco. Además de los centenares de brigadistas que combaten el fuego desde tierra, el ministro de Defensa confirmó que dos helicópteros operan desde el aire. "Podemos llegar a cinco helicópteros entre hoy día y mañana", adelantó Zabaleta.

En Roboré, donde se dio el incendio de mayor magnitud, trabajan instructores de bomberos forestales de la gobernación, bomberos voluntarios, técnicos de municipios, militares y personal de Defensa Civil, que busca proteger a las comunidades que pudieran verse afectadas.

San Ignacio de Velasco, que forma parte de la Chiquitania --una de las principales zonas turísticas de Bolivia donde están asentadas las misiones jesuíticas, declaradas patrimonio de la Unesco-- fue otra de las localidades con mayores destrozos.

El trabajo focalizado en controlar el fuego también se desarrolla en las localidades de San Rafael, Charagua, Concepción, San Matías y San José de Chiquitos.

Otro foco de fuego se expandió el sábado por unas 600 hectáreas en los alrededores del aeropuerto internacional de Viru Viru. Ese foco, sin embargo, fue rápidamente sofocado, según informó el servicio de Aeropuertos Bolivianos (Sabsa).

En la zona, aseguró el ministro Zabaleta, se registraron otros "7.024 focos de quema". La media histórica de agosto, indicó el funcionario, "es de 4.688 quemas”, por lo que este año están “cerca de duplicar esa cifra". Además, según sus estimaciones, "el 70% del Departamento (de Santa Cruz) se encuentra en riesgo por la baja humedad en la vegetación".

La mayoría de estos incendios, según consideró el gobernador Costas, “son provocados por los hombres" mediante la quema de basura en las ciudades o el "chaqueo", una práctica agraria ancestral que consiste en quemar la vegetación para preparar terrenos de cultivo y pastoreo. Otro factor que influye, para el funcionario, son las ráfagas de viento de 80 o 90 kilómetros por hora que se han registrado en Santa Cruz, con lo que "no hay poder humano que lo pueda detener".

"La situación es muy preocupante, calamitosa diría yo", alertó el gobernador Costas. Y concluyó: "No se puede jugar con fuego, no se puede arriesgar recursos naturales, vidas humanas, todo esto que es un patrimonio tan importante que hemos tratado y vamos a seguir tratando de defender".

El presidente boliviano Evo Morales, por su parte, aseguró en Twitter que las autoridades nacionales están haciendo un "seguimiento permanente a los focos de incendio en Santa Cruz" y pidió "a la población colaborar y acatar todas las medidas preventivas".