La canasta de bienes y servicios que evita que un hogar compuesto por dos adultos y dos menores sea pobre en términos de ingresos se ubicó en julio en 31.616,72 pesos para la Ciudad de Buenos Aires. El dato implica un alza del 56,4 por ciento frente a los 20.216 pesos del mismo período del año pasado. En tanto, la canasta de indigencia para el mismo grupo familiar se ubicó en 15.527,62 pesos, una suba interanual del 57 por ciento frente a los 9895 pesos de julio de 2018. Los datos fueron publicados por el Instituto de Estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires.

Tanto la canasta básica, que define la línea de pobreza, como la canasta alimenticia, que establece el piso para no ser indigente, se mueven por encima del índice de inflación anual, que marcó un 54,4 por ciento anual en julio. Esa diferencia se explica por el mayor peso de alimentos y servicios públicos en las canastas de pobreza e indigencia. La inflación en alimentos tiene una fuerte correlación con el movimiento del dólar, mientras que las tarifas de los servicios públicos vienen sufriendo en los últimos años violentas alzas para cumplir con el plan de ajuste fiscal del Gobierno.

Como los salarios del sector privado y público no suben lo suficiente para cubrirse frente a la inflación, al tiempo que se deteriora el empleo y jubilaciones, pensiones y la asignación por hijo también corren por detrás de los precios, el resultado es un preocupante incremento de la pobreza e indigencia tanto en la Ciudad de Buenos Aires como en el resto del país, a contramano de aquel lema de campaña de "pobreza cero".

Según datos del Indec, la pobreza en el primer trimestre se ubica en el 34,1 por ciento, mientras que un año atrás era del 25,5 por ciento. En tanto, la indigencia está en el 7,9 por ciento. El experto Diego Born advierte que en el segundo trimestre la pobreza se habría ubicado en el 36 por ciento y que el piso se elevó al 38 por ciento luego de la devaluación del lunes posterior de las PASO y a pesar de las medidas de "alivio" presentadas por el Gobierno para recuperar votos perdidos frente a 2015.

A pesar de este panorama en los segmentos de menores ingresos, el paquete de medidas lanzadas por el Gobierno se concentra en mejorar la posición de sectores asalariados de mayores ingresos, ya que la mayor parte del costo fiscal se explica por la rebaja del impuesto a las Ganancias, que afecta a la cima de la pirámide salarial.