El Banco Central informó que en julio la fuga de capitales se siguió acelerando. “Se superó el millón y medio de individuos que compraron dólares”, detalló la entidad monetaria en su último informe de balance cambiario. La cifra de compradores de moneda extranjera fue un 21 por ciento más elevada respecto de la observada en junio. Las compras netas de divisas del sector privado se ubicaron en 2951 millones de dólares y fueron los montos más elevados del año. Estos no fueron los únicos datos preocupantes del informe del Central. Desde abril de 2018 se fueron de la economía 10.758 millones que habían entrado en 2016 y 2017 para especular con la tasa de interés (clasificados como inversiones de portafolio). En el mismo período se registró que la fuga por compra de divisas del sector privado fue de 41.054 millones de dólares. En ese momento comenzó la corrida cambiaria que continúa hasta ahora. El nivel de la fuga se eleva a 75.185 millones de dólares desde finales de 2015. La economía argentina no puede darse el lujo de no tener una estrategia para organizar la entrada y la salida de los capitales. La falta de divisas es su principal problema estructural y la situación se potencia cada vez que los grandes fondos deciden retirarse del mercado interno.