El “Mariano Acosta” aprobó la utilización del lenguaje inclusivo “en cualquiera de sus modalidades” en las producciones académicas de los niveles primario, secundario y terciario. Además, según la resolución firmada por la rectora de la institución, Andrea Berman, se harán capacitaciones para que toda la comunidad educativa se comunique “con un trato respetuoso de los derechos de las mujeres, al diversidad sexual y de género”.

“La iniciativa comenzó como un pedido para aplicar solamente en el profesorado del Acosta”, contó a Página|12 Julia Vázquez, coordinadora del Centro de Estudiantes del Profesorado Mariano Acosta (Cepma). Pero después, el Consejo Directivo, que regula la vida institucional de la escuela, elevó al rectorado el proyecto presentado por la agrupación Simón Rodríguez, a cargo de la conducción del Cepma. “El rectorado se pronunció para que (el lenguaje inclusivo) pueda ser utilizado en los tres niveles”, agregó Vázquez.

Para la coordinadora del Cepma, la aprobación del uso del lenguaje inclusivo en la escuela significa “institucionalizar y cristalizar una práctica que ya tenemos”. “La mayoría de nosotres lo utiliza a la hora de hacer trabajos prácticos y hay varios docentes que también lo usan”, aseguró Vázquez, pero la institucionalización, señaló, los ampara “en el caso de encontrarnos con algún docente que no se siente interpelado por el lenguaje inclusivo”.

A partir de ahora, se admite formalmente que la comunidad académica del Acosta utilice el lenguaje inclusivo “en cualquiera de sus modalidades”, sin una regla particular que especifique cómo deben aplicarlo. Vázquez explicó que para aquellas palabras que denotan un género en el lenguaje escrito generalmente se utiliza la "x" y en el oral la "e". “No se reglamentó de qué forma (utilizarlo). Es interesante, son discusiones que se pueden dar”, afirmó.

Según la resolución firmada por la rectora de la La Escuela Normal Superior N°2 en Lenguas Vivas "Mariano Acosta", "el lenguaje con el que nos comunicamos y relacionamos comporta sentidos que reflejan desigualdades entre los géneros, naturalizando la segregación, discriminación o exclusión”. Por esta razón, para promover la igualdad, agrega el documento, es necesario que la comunidad educativa acompañe la transformación en las prácticas sociales y de cuenta de ellas.

El lenguaje inclusivo “también nos permite dar discusiones en torno a lo que es la ESI (ley Nacional de Educación Sexual Integral) en el profesorado”, afirmó Vázquez. La coordinadora del Cepma opinó que la ley “ya tiene su tiempo” --fue sancionada en 2006-- y que “quizás en el género y las maneras que tiene un sujeto de autopercibirse" no refleja los debates actuales en torno a la identidad. “Han avanzado las discusiones de manera que la ESI nos queda un poco corta”, sostuvo.

Para Vázquez, la aplicación de la ESI en las escuelas “es una lucha constante”, pero es necesario ir “hacia una ESI no binaria”, es decir, que no hace distinciones entre identidades femeninas y masculinas. “(La ley) es un pilar de nuestra formación y nosotres la discutimos y la llenamos de contenido. El lenguaje inclusivo es una de las herramientas que tenemos para seguir discutiendo el género en los profesorados y después en las aulas”, aseguró la coordinadora del Cepma.

La incorporación del lenguaje inclusivo en el Acosta, afirmó Vázquez, estuvo inspirada en “iniciativas que han tenido (otras) universidades”. En lo que va del año, la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, la Facultad de Psicología de la Universidad de Rosario y la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco aprobaron formalmente el uso del lenguaje inclusivo en las producciones académicas.

Sin embargo, la Universidad Nacional de La Plata fue pionera en reconocer y aceptar el uso del lenguaje inclusivo. En una resolución de 2017, la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación reconoció “la legitimidad de las expresiones y manifestaciones que cuestionan los supuestos sexistas o discriminatorios”. Al año siguiente, la Facultad de Periodismo y Comunicación Social aprobó “la utilización de lenguaje inclusivo con perspectiva de género en documentos, actos administrativos, disposiciones y cualquier tipo de texto académico emanado de la unidad académica”.

“Esto nos permite discutir el lenguaje, la práctica social y cómo construir y deconstruir el género a partir del uso del lenguaje --sostuvo Vázquez--. Lo que tratamos de incentivar (como futuros docentes) es que se promulguen estas discusiones en las aulas y en un carácter asambleario les mismes pibes decidan cómo quieren ser llamades”.

Informe: Ludmila Ferrer.