La solidez del movimiento tanguero rosarino sigue dando frutos. Rico en cantidad y calidad, fuerte en la coexistencia de distintas generaciones de autores e intérpretes, el tango producido en Rosario logró este fin de semana un reconocimiento de peso: entre las numerosas propuestas que desde diversos países llegaron a participar del Primer Concurso Internacional de Nuevos Ensambles de Tango (también conocido como Primer Mundial de Orquestas de Tango), las rosarinas Orquesta Utópica y La Máquina Invisible fueron seleccionadas como dos de las cinco ganadoras de un certamen que, entre sus diez finalistas, sumó además al trío Tessa‑Ramírez‑Cicerchia.

El sábado por la tarde, en la Ballena Azul del Centro Cultural Kirchner, esas diez propuestas (a las tres rosarinas se sumaron siete de Ciudad de Buenos Aires) brindaron su último concierto para, por la noche, recibir el veredicto del jurado que conformaron los consagrados Ramiro Gallo, Diego Schissi, Julián Peralta, Juan Carlos Cuacci y Gustavo Margulies.

La inclusión de las dos propuestas rosarinas entre el quinteto premiado refleja una amplitud generacional que viene rindiendo frutos en la escena local: en la Orquesta Utópica conviven músicos que, aún jóvenes, llevan dos décadas dedicadas al tango, mientras que La Máquina Invisible es un quinteto conformado por Guido Gavazza (bandoneón), Manuel Martínez (piano), Pablo Galimberti (violín), Julián Cicerchia (guitarra) y Mauro Rodríguez (bajo eléctrico), todos menores de 25 años.

Para Galimberti, la posibilidad de estar en contacto directo con esa generación mayor es clave en su desarrollo como músicos. "Si no existiera toda esa gente no estaríamos tocando tango. Los escuchamos a todos con muchísimo respeto y vamos aprendiendo de ellos, que son gente más experimentada y ha podido escuchar y entender un poco más todo esto que nosotros vamos comprendiendo a medida que pasa el tiempo", sintetiza el violinista del quinteto que, para agosto o septiembre, planifica la edición de su primer disco. Formado en 2013 y focalizado en la obra de Piazzolla, el quinteto se consolidó y empezó a delinear un perfil autoral y arreglístico que busca referenciarse en autores de este tiempo. Y, claro, de la propia ciudad.

Para Mariano Sayago, contrabajista de Orquesta Utópica (donde aporta también a un repertorio exclusivo de autores santafesinos), la aparición de nuevos artistas es fruto de una escena que sigue consolidándose: "Desde hace unos siete años a esta parte al tango se fue sumando mucha gente, con muchas ganas de saber de qué se trata el tango de décadas anteriores, pero sobre todo para tomarlo como punto de partida para trabajarlo de manera creativa y exponer algo desde el hoy, con lo que uno puede ver en la calle y sentir en la actualidad. Eso creo que es una de las claves más notables del movimiento tanguero de Rosario, que es apostar por lo creativo, por el tango nuevo. Todo eso hace que en la ciudad el movimiento tanguero sea muy rico, muy activo, en constante transformación".