Surgido como plataforma para investigar, experimentar y fortalecer el intercambio entre mujeres artistas, este domingo arranca en el Teatro El Crisol la segunda edición del Ciclo 3ª4, insipirado en la ola feminista del arte de los años '70 y '80. Se trata de un festival de teatro y performance en la que ocho mujeres y disidencias con distintas experiencias se juntan para crear obras originales de entre 15 y 25 minutos de duración, todas con la temática "La siesta". Ya tuvo una primera edición en junio, pero todas las funciones se agotaron rápidamente por lo que las responsables decidieron encarar un nuevo mes de funciones. Habrá hasta el 6 de octubre, los domingos a las 15 en Malabia 611.

La modalidad del ciclo es novedosa: dos artistas que no se conocían trabajan juntas para crear una obra o performance. Así, en total son cuatro piezas breves que se muestran juntas en una misma tarde. “Sentíamos que la modalidad de parejas creaba un proceso intenso. Cuando uno trabaja de a dos la atención es más alta y también es otro el resultado", explica a PáginaI12 Kathrin Frank, productora y coordinadora de 3ª4. “También la idea de dupla tiene que ver con la igualdad. No hay jerarquía o alguien con más o menos peso. Se aprende en conjunto y los resultados son más potentes“, agrega.

Las obras que se verán serán Heterror, de Agostina Prato y Lola Avigliano, sobre "el imperialismo heterocultural y capitalista que crea sujetos sujetados“; Voces, de Alexia Moyano y Sol Cintas, acerca de “mujeres atravesadas por voces del afuera"; Arde Notre Dame, de Ana Clara Schaufelle y Cecilia Cartasegna, sobre una mujer que se busca mientras arde la catedral; y Cosas muertas, de Marina Sarmiento y Gaby Pastor, “una acción poética que existe solo un momento“.

¿Qué características tuvo el feminismo de los '70 y por qué inspirarse en él? Para Frank, “en aquel tiempo se desarrollaba un arte que empezó a cuestionarlo todo. Los grupos de mujeres empujaron debates que reacomodaron el espacio artístico y que tuvieron un fuerte impacto abriendo posibilidades para otras". “Esperamos que en este diálogo entre las artistas pioneras del pasado y las actuales aparezcan nuevos conceptos del arte feminino, teniendo como faro la idea del emponderamiento“, resume la productora, que opina que “el mundo del arte sigue siendo muy machista“ y que "este ciclo es un lugar perfecto para plantearnos cuestionamientos, inquietudes, necesidades de cambio“.