El 1º de septiembre pasado se recordaron los 80 años de la invasión de la Alemania nazi a Polonia, que a su vez representó el inicio del suceso histórico más movilizador y sangriento del siglo pasado: la Segunda Guerra Mundial. La terrible contienda que comenzó en Europa e involucró a países de todo el orbe, se cobró la vida de más de 60 millones de personas. Entre las numerosas víctimas también hubo futbolistas profesionales que cambiaron la pelota por un fusil, y murieron en los diferentes campos de batalla. Aquí se recuerda a algunos de ellos y los distintos clubes en que se desempeñaban, algunos ya extinguidos.

La escalada nazi

La ambición de poder de Adolf Hitler y muchísimos ciudadanos de la Alemania de los años '30 y '40 tuvo el aporte del volante Willi Tiefel, que debutó profesionalmente en el Brandenburger SC Süd 05 --actualmente en la Oberliga, quinta división del fútbol alemán-- y hasta llegó a militar en la selección teutona. Tenía 30 años cuando en 1941 perdió la vida en el frente de Narva, actual República de Estonia. Tres años después, el arquero Alexander Martinek, que jugaba en el Grosz Born, club ya desaparecido, cambió guantes por armas y murió cuando contaba apenas con 25 años.

Por entonces un anexo más del Tercer Reich, Austria perdió asimismo a cuatro futbolistas profesionales. Walter Werginz fue delantero del Austria Klagenfurt, un club que disputó la Bundesliga por primera vez en 1963, y que en 2009 se declaró en bancarrota tras competir en ligas regionales. Junto con su compatriota Karl Wahlmüller (mediocampista del LSV Adlerhorst Wels, club que dejó de existir en 1944), Werginz compitió en los Juegos Olímpicos de verano de 1936, y ambos formaron parte del equipo austríaco que ganó la medalla de plata en el torneo de fútbol. 

Cinco años después, los dos caían en combate al igual que Josef Adelbrecht, otro atacante que jugaba en el Floridsdorfer AC, actualmente en la segunda categoría, y que diez años antes anotaba el único gol a Hungría en un amistoso que su seleccionado perdió 2-1. Asimismo, Ernst Künz --que jugaba en el FC Lustenau 07 de la Primera Liga de Austria-, cayó abatido a los 32 años en Santakai, actual Lituania.

Una Italia no tan bella

Reclutados voluntariamente y no tanto por el régimen fascista de Benito Mussolini, entre 1943 y 1945 murieron siete jugadores de fútbol de Italia durante la Segunda Guerra. Tras jugar en el Napoli, con sólo 24 años, el mediocampista Aldo Fabbro fue víctima de un bombardeo aéreo en Pula, Yugoslavia. En los primeros 15 trágicos días de septiembre del '44, el Bologna perdió a dos futbolistas durante la Segunda Guerra Mundial: el volante Werther Gaiani --de apenas 19 años y que ya había jugado torneos regionales para el Molinella y el Forlì-- y el zaguero italiano Dino Fiorini, que jugó 167 partidos y metió tres goles para el equipo donde actualmente se desempeña Rodrigo Palacio.

Luego de jugar en la Fiorentina, Lucchese y Torino, el mediocampista Bruno Neri, que además gustaba de la poesía y el arte en general, finalizó su carrera en el Faenza Calcio, club que en la actualidad compite para el torneo Eccellenza, quinto nivel del fútbol peninsular. Todo un símbolo en la lucha contra los camisas negras de Il Duce que oscurecían el presente de su nación, Neri abrazó la causa de los partisanos, hasta que a los 33 años fue asesinado por tropas alemanas en la localidad de Eremo di Gamogna.



El Liguria alternó desde su creación en 1930 las series A y B, hasta disolverse como club en 1945, al final de la guerra. Durante la misma perdieron la vida el defensor Pietro Tabor --que se inició en la Juventus, pasó por Lucchese, Livorno y Bari, y en 1944 fue víctima de un bombardeo aéreo-- y el uruguayo Cecilio Pisano, mediocampista que había nacido en 1917 en Montevideo, debutado a los 20 en Peñarol, para luego mudarse al Viejo Continente y obtener la ciudadanía italiana. Pisano moriría a los 27 años en Génova, hacia el final de la guerra y en circunstancias poco claras.

Otro nacionalizado, el ítalo-americano Armando Frigo jugó en el Spezia, que en el presente compite en la Serie B italiana. Frigo fue asesinado en Crkvice, entonces Yugoslavia, víctima de tropas alemanas. 

En defensa de la Corona

Acaso ni siquiera el premier Winston Churchill imaginó que en poco tiempo el Reino Unido iba a ser atacado de semejante forma, con bombas cayendo en pleno corazón de Londres. Fue entonces cuando Harry Goslin decidió dejar a un lado su reputada carrera como defensor de Bolton Wanderers para combatir por los Aliados. Goslin fue internacional con Inglaterra y vivió sus últimos años fusil en mano, pero siempre cerca de un balón. Junto a él, todo el plantel del Bolton se alistó en el ejército y desde entonces fueron conocidos como los "Wartime Wanderers".

(Imagen: AFP)


Goslin fue herido de gravedad en Foggia, Italia, en diciembre de 1943. Su cuerpo aguantó dolor, cansancio y miedo entre balas y bombas, hasta que falleció pocos días después, a los 34 años. Recibió el galardón póstumo de la Cruz Militar británica y toda la parcialidad del Bolton homenajeó a su capitán con brazaletes negros y un minuto de silencio en Burnden Park, estadio en el que el 9 de marzo de 1946, con la guerra ya terminada, sería el luctuoso escenario de la primera tragedia en el fútbol inglés, cuando una avalancha provocó la muerte de 33 aficionados por aplastamiento y asfixia.

La pelota se siguió manchando

Otros futbolistas que cambiaron el campo de juego por el de batalla fueron los finlandeses Jarl Malmgren y Holger Salin; ambos perdieron la vida a los 33 años. El volante Malmgren jugaba en el Vasa IFK y murió en el frente soviético de Pogost. Un año después, en 1943, cayó en combate el internacional Salin, que destacó como atacante en el Idrottsföreningen Kamraterna i Helsingfors, más conocido como HIFK.

Muy exitoso en el período de entreguerras y con ocho campeonatos en su haber, el Venus Bucuresti fue un club de la capital de Rumania apodado Negrii por el color de sus camisetas. Tuvo un goleador más que eficiente: Petre "Petea" Vâlcov, quien además conformaba la ofensiva junto a sus hermanos Colea y Volodea. El artillero Vâlcov cayó abatido en 1943 en la estepa de Kalmyk, Unión Soviética. Por su parte, el Venus Bucuresti fue disuelto por las autoridades comunistas en 1949 y reabierto en 2014, donde actualmente compite en la Liga V rumana.

Por último, el delantero checo František Kloz jugó la mayor parte de su carrera para SK Kladno. Marcó 175 goles en 192 partidos en la Primera Liga de Checoslovaquia y fue dos veces goleador de dicho torneo. A los 40 años aún jugaba en el SK Vinarice. Moriría poco después durante un bombardeo en Louny, actual República Checa.

Con el armisticio que ocurriría en 1945 y la caída del Tercer Reich, llegaba la hora de la lenta reconstrucción para muchas naciones. Tras los últimos coletazos de una sangrienta contienda, había que volver a empezar de alguna manera. Por esos tiempos, el último Mundial se había disputado en Francia en 1938, apenas un año antes que la Alemania nazi encendiese la mecha. La Copa del Mundo recién volvería a disputarse en Brasil, en 1950. Pero las víctimas que la Segunda Guerra Mundial se cobró, siempre gozarán de la salud que otorga la memoria.