La comunidad educativa de la escuela secundaria del Polo Educativo Mugica, en la Villa 31, se declaró “en estado de alerta permanente” luego de que se registrara un principio de incendio en el techo de un aula del segundo piso. 

El siniestro ocurrió el lunes por la tarde, mientras en el piso de arriba chicas y chicos de 4to y 5to años estaban en clase de educación física. Los chicos y el docente a cargo se evacuaron y bajaron hasta la calle, frente al edificio. 

Mientras, en el segundo piso, un auxiliar “tuvo que dar patadas a la caja en la que estaba el matafuegos, porque están todos instalados en cajas que no se pueden abrir, lo sacó y apagó el fuego”, contó a este diario uno de los docentes de la escuela.

La escuela, ubicada en el Polo Educativo que el Gobierno porteño inauguró en marzo de este año, ya había registrado problemas edilicios en julio de este año, cuando se desprendieron fragmentos de techos  en aulas del secundario. Con cada tormenta, los docentes advierten también que el lugar se inunda

Al día de hoy, el edificio no tiene final de obra, por lo que la empresa constructora continúa trabajando mientras chicas y chicos tienen clases allí mismo, aun cuando -entre otros detalles- las aulas no tengan picaporte y las cocinas a gas carezcan de válvulas de seguridad.

El fuego se registró alrededor de las 3 de la tarde del lunes; trabajadores de la empresa constructora, Cunumi, estaban esta mañana inspeccionando el lugar del incendio, cuyas causas todavía se desconocen.


"Asamblea permanente" y reclamo por autoridades

Esta mañana, tras una asamblea docente y otra de los delegados de los estudiantes, la comunidad educativa de la EEM Nº 6 Padre Mugica resolvió que no se usarán las aulas del primero y el segundo piso “hasta que se hagan presentes autoridades del ministerio de Educación”.

El acta labrada detalla que las condiciones del edificio “no aseguran el buen desarrollo de las clases ni garantizan las condiciones mínimas de seguridad”. Por ello, la comunidad educativa reclama la presencia de la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, la subsecretaria de Coordinación Pedagógica y Equidad Educativa, Andrea Bruzzo Bouchet, y los subsecretarios Javier Tarulla y Sebastián Tomaghelli.

En lugar de clases en las aulas del primer y el segundo piso, donde 564 chicas y chicos cursan el secundario en los turnos de la mañana y el vespertino (no hay turno tarde en esa escuela), las autoridades y los docentes resolvieron organizar talleres en el patio de la planta baja. “Vamos a hacer talleres sobre ciudadanía, derechos de niños, niñas y adolescentes y medidas de seguridad”, contó a este diario el docente Walter Larrea, quien añadió que también habrá clases públicas.


Un edificio frágil

El Polo Educativo Mugica fue inaugurado en marzo, a pesar de que la obra todavía estaba lejos de ser terminada, como lo demuestra el hecho de que aún hoy continúa en construcción. De marzo hasta octubre, el lugar registró una seguidilla de problemas que atravesó (y todavía atraviesa) todo el ciclo lectivo.

En julio, un pedazo de cielo raso se desplomó en una de las aulas del secundario. El episodio ocurrió mientras docentes y alumnos estaban en la puerta del predio para reclamar por la continuidad del servicio de comedor durante las vacaciones de invierno, y por eso no había chicos en el aula. Las autoridades de la escuela ya habían denunciado que el edificio tenía problemas de humedad.

A fines de septiembre, el Jardín de Infantes reclamó porque el Gobierno porteño alambró la calle Letonia, por la que tiene su ingreso, para transformarla en estacionamiento privado para jueces y empleados de los tribunales federales de Comodoro Py.

A principios de octubre, se cayó el techo pero en un aula de primer grado .


Sin picaportes, con matafuegos encerrados

El 6 de septiembre, los delegados del Polo Educativo reclamaron al ministerio de Educación por las condiciones en que se encuentran los edificios. “Pedimos que retiren el alambrado de la calle de entrada del jardín de infantes, que pongan bien los matafuegos. También pedimos por las cocinas, porque las llaves de gas no tienen válvula de seguridad, entonces no se corta el suministro si hay una pérdida. Acá puede pasar lo que pasó en la escuela de Moreno”, señaló el docente Larrea en diálogo con este diario.

El ministerio a cargo de Soledad Acuña, sin embargo, no respondió esa carta, añadió Larrea. 

En la secundaria, recién la semana pasada pusieron picaportes. Hasta entonces "las puertas de las aulas se podían abrir solamente haciendo palanca con una tijera". 

Además, “los matafuegos están en unas cajas que no se pueden abrir, les pusieron una caja sin vidrio, como métalica, pero para abrirla hay que usar una pinza, tenaza”. Por eso, cuando se incendió el techo del aula, el auxiliar “tuvo que dar patadas a una caja para sacar el matafuegos y así poder usarlo para apagar el incendio”. “Por suerte, después vinieron los bomberos, que acá, a la secundaria sí pueden entrar. Si esto hubiera pasado en el jardín de infantes, que tiene alambrada la entrada, habría sido una tragedia”.