El ministro de Educación, Esteban Bullrich, no puede con su genio: por diferencias ideológicas, despidió a dos de los responsables de elaborar los contenidos de los posgrados online del Instituto Nacional de Formación Docente (Infod), a los que este año se anotaron más de 80 mil maestros de todo el país. Se trata de dos docentes que, entre otras tareas, seleccionaban la bibliografía de la materia Pensamiento Pedagógico Latinoamericano, basada en materiales de Paulo Freire, Saúl Alejandro Taborda y Adriana Puiggrós, entre otros educadores populares. Los despidos abrirán la puerta a una poda de esos contenidos, que alcanzará también a materias relacionadas con los derechos humanos. “Vamos por una memoria completa”, fue la frase, en clave teoría de los dos demonios, empleada por uno de los funcionarios del ministerio a la hora de justificar los cambios curriculares y los despidos, según pudo saber PáginaI12.

“Es la primera vez en mi vida como docente que me echan. Soy despedida por cuestiones ideológicas y políticas, al igual que otros colegas”, reza una carta abierta firmada por la docente y escritora Cintia Rogovsky, hasta la semana pasada responsable de contenidos y autora del módulo de Pensamiento pedagógico Latinoamericano del Programa Nacional de Formación Docente (PNFP) Nuestra Escuela. “Las autoridades no quieren que los y las docentes argentinos reciban en su formación de posgrado contenidos del pensamiento pedagógico latinoamericano. Molesta lo contrario a lo que se sostiene públicamente: no se admite, al parecer, la disidencia, el debate pedagógico ni de ideas. Se cuestiona, y se eliminan, la bibliografía, el posicionamiento, la circulación de determinadas ideas ligadas a las pedagogías de la igualdad, la emancipación y la liberación”, denunció.

Los despidos agregaron otro punto de discordia entre los gremios docentes y el Ministerio, en plena tensión por la campaña de reclutamiento de “voluntarios” vía redes sociales para desprestigiar la huelga nacional de la próxima semana. “Están transformando el Ministerio de Educación en una oficina de Recursos Humanos, a los docentes, en personal, y a los alumnos, en productos. Por eso van por los contenidos de formación”, sostuvo el secretario general de UTE-Ctera, Eduardo López. Los contenidos de los posgrados forman parte, además, del temario de la paritaria nacional que el Gobierno se niega por ahora a convocar y que fue el puntapié de la decisión de los cinco gremios nacionales de no comenzar las clases el 6 de marzo. 

El Programa de Formación Docente Nuestra Escuela ofrece postítulos de manera gratuita para maestros de todo el país. Las áreas de especialización van desde pedagogía y derechos humanos hasta ciencia y nuevas tecnologías de la información. Durante 2016, hubo más de 200 mil docentes cursando en simultáneo. Ya en diciembre del año pasado, una resolución firmada por Bullrich establecía el cierre de las inscripciones y de varias de las aulas virtuales, decisión que dejaba sin trabajo a más de 2200 tutores. En respuesta, trabajadores de la junta interna de ATE Educación iniciaron una toma pacífica del Ministerio. El conflicto no se resolvió hasta que el Bullrich firmó la continuidad de los cursos y de los trabajadores, no sin advertir que en marzo habría “cambios de orientación”. Un mes después, llegaron los despidos de los responsables de los contenidos en áreas sensibles.

“A pesar de las resoluciones que Bullrich dio de baja, hay materias de algunos postítulos que dejaron de ofertarse por su contenido ideológico”, remarcó el titular de la junta interna de ATE Capital del Ministerio de Educación, Rodrigo Recalde. “Entre ellas, las que tienen que ver con la memoria reciente, que formaban parte del postítulo de Derechos Humanos”, describió. “Esas materias -explicó- brindaban herramientas para comprender cabalmente la dictadura militar, y su contenido fue aprobado por el Consejo Federal de Educación”. Esa decisión fue revelada puertas adentro por uno de los funcionarios del Ministerio en una de las reuniones con los tutores, en la que adelantó que esa cartera buscaba “una memoria completa”. 

Las presiones para cambiar los contenidos, sin embargo, comenzaron mucho antes. Al revisar la bibliografía de las materias, los funcionarios recién llegados a la cartera educativa de la mano de Bullrich y Cambiemos descubrieron módulos dedicados al modelo educativo del peronismo, la teología de la liberación y la pedagogía del oprimido, corriente de educación popular que inauguró Paulo Freire. La orden fue quitarlos. Ante la oposición de los tutores, el Ministerio optó directamente por discontinuar la materia Pensamiento Pedagógico Latinoamericano, que se dictaba transversalmente en todos los posgrados, y relegarla a uno sólo de ellos, aún a costa de modificar las currículas en plena cursada.

“Con los complejos y diversos problemas educativos del país, se dedica tiempo a eliminar contenidos del Programa Nacional de Formación Docente por diferencias epistemológicas, ideológicas y/o políticas, en lugar de enriquecer el debate, aceptar las diferencias y admitir que nadie es dueño de verdades absolutas”, protesta Rogovsky en su carta. “Queda claro que el problema son mis ideas, las clases que escribo, los autores que cito”, concluye. 

Informe: Matias Ferrari.