La intransigencia que el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, hasta su decisión de anoche de derogar el decreto de aumento de los combustibles convirtió a Quito en un campo de batalla. Tras el anuncio de la aplicación del “toque de queda y la militarización” que el mandatario dispuso ante la movilización popular en contra de las políticas de ajuste dictadas por el Fondo Monetario Internacional, los enfrentamientos se extendieron por toda la capital ecuatoriana.

Hasta ayer en Quito proliferaban las barricadas armadas por los manifestantes y gases de las fuerzas de seguridad. Las imágenes de represión a quienes protestan contra la política económica de Moreno se repitieron en distintos barrios y no solo en la zona aledaña a la Asamblea legislativa, aunque un video difundido por las redes sociales sobresalió por su violencia y su dramatismo: la escena captada por la cámara muestra el momento en que un joven parapetado detrás de una barrera armada con cartón y ladrillos recibe en la cabeza el impacto de una bala disparada por la policía.

Los levantamientos contra el gobierno de Moreno comenzaron hace más de diez días, a lo largo de los cuales se volvieron masivos. En ese lapso escaló también la violencia estatal contra los manifestantes. Los últimos datos difundidos por de la Defensoría del Pueblo dan cuenta de que al cabo de las manifestaciones hubo siete muertos, 1152 detenidos y 1340 heridos.

Moreno se comprometió a derogar el decreto que eliminaba el subsido estatal a los combustibles. La decisión se dio en el marco del acuerdo alcanzado entre el gobierno de Ecuador y el movimiento indígena alcanzaron para poner fin a las protestas.