Histórico y contradictorio a la vez, el Encuentro en La Plata deja importantes conclusiones, que van más allá del movimiento de mujeres, feminista y disidente.

Fue histórico, porque pese a la lluvia y el frío decenas y decenas de miles protagonizamos en la capital platense un Encuentro con cientos de talleres y demás actividades. Esa fuerza, que se plasmó en la marcha multitudinaria, confirma que la ola verde es imparable. Lo destacamos, porque algunos sectores buscan desmovilizar para justificar su “no se puede”.

Lo contradictorio fue que, frente a ese movimiento masivo y dinámico, la comisión organizadora, en vez de incluir para sumar, acentúa su política de freno y sus métodos burocráticos. Rechazaron que el Encuentro sea plurinacional, con las disidencias y por el aborto legal. Se negaron a que la marcha final pase ante la Catedral, lo que lamentablemente aceptó la Campaña por el Derecho al Aborto. Y en el cierre, por primera vez en 34 años de Encuentros, impidieron fundamentar las mociones sobre la próxima sede. Bochornoso.

La causa es política. La comisión organizadora la hegemoniza el PCR, aliado electoral del Frente de Todos, el PJ, Patria Grande y otros amigos del Papa y la Iglesia, en cuyas listas van varios celestes católicos y evangélicos. En vez de cuestionar esa presión clerical retrógrada, la aceptan y replican. Así como Alberto Fernández y la Iglesia defienden la “paz social” para frenar las luchas, la comisión frena la pelea por el aborto legal. Es que Alberto plantea despenalizar, pero eso no evita que las pobres sigan muriendo. Es nuestro alerta a todas las compañeras feministas y disidentes: con Iglesia, no hay derechos.

Desde Juntas y a la Izquierda, Libre Diversidad y el MST, con Cele Fierro aportamos al Encuentro una delegación de las más numerosas y la más combativa. Llegamos primeras a la apertura, fallida por la lluvia. Participamos en los talleres e hicimos campaña en apoyo a la lucha en Ecuador. Presentamos nuestro nuevo libro El feminismo en debate: ¿reforma o revolución? en el Pasaje Dardo Rocha. El 13 hicimos un “tetazo” ante la Catedral por la separación de Iglesia y Estado. En la marcha desplegamos nuestra nutrida y colorida columna, como mostró la prensa. Y a diferencia de otros sectores de izquierda, junto a cientos y cientos de personas que se nos sumaron volvimos a pasar ante la Catedral. Como sede 2020 planteamos Capital porque lo más “federal” es exigir la ley de aborto y fondos para la ley 26.485 antiviolencia, al gobierno y al Congreso, que deciden sobre el país pero están en Capital. Y porque a la presión celeste de la visita del Papa hay que oponerle presión verde y naranja.

De La Plata volvimos cansadas, pero más fuertes. Para pedir el voto al FIT-Unidad. Y para seguir construyendo este feminismo revolucionario para combatir al padre de todas las violencias: el sistema capitalista y patriarcal.

Vilma Ripoll es dirigente del MST y candidata a senadora bonaerense (FIT-Unidad).