“Me estoy acomodando, nos estamos acomodando, contenta con haber vuelto a mi casa, con mis cinco hijos, pero no tengo que cruzar los brazos, porque debo afrontar un nuevo juicio en 2022 y tengo miedo de que me vuelvan a condenar sin ninguna prueba”. Marcela Mendoza, que este martes fue dejada en libertad luego de cuatro años y dos meses “por una muerte en la que no tuve nada que ver”, dialogó con Página|12 sobre la felicidad de haber regresado a su casa y en su primera noche de “haber dormido abrazada” con su hijo de 10 años. En abril de este año anularon la condena a perpetua que le habían aplicado por la muerte de su ex pareja, Eduardo Gómez. Estará libre hasta el nuevo juicio “que por lógica no tendría que hacerse , pero soy mujer y me condenaron porque no creyeron que él era un violento que nos quiso matar a los dos”.

Cuando se le preguntó por el regreso a casa, después de todo lo que le tocó vivir, admite que estuvo “un poco aturdida por los ruidos de la calle, tuve que ir a los tribunales y después me encontré con las chicas de los movimientos” que tanto la acompañaron en estos cuatro años de calvario. Se le endulza la voz cuando cuenta que al día siguiente de obtener la libertad fue a buscar a su hijo menor a la escuela. “Tiene 10 años y la primera noche en casa dormimos juntos, abrazados”.

Una de las pinturas que realizó Marcela Mendoza en prisión.

Se ríe también por el único dolor de cabeza al que estuvo ajena por estar en la cárcel: la crisis, los precios. “Me estoy acomodando a todo y tuve que ver los precios, que son un desastre; compramos unos panchos con mi hija y nos cobraron 180 pesos por dos panchos y me dije: mi Dios, sobre todo teniendo en cuenta que uno sale afuera (de la cárcel) sin nada”.

Dice que “de a poquito nos vamos a ir acomodando y fue muy lindo ir a buscar al más chico a la escuela, él estaba feliz también”. En la foto del WhastApp, aparecen juntos, ella y él, cara contra cara como mostrando el parecido y la misma felicidad. “La sonrisa de él es impagable en mi vida, el brillo de sus ojos, dormir abrazados”. Se emociona y se indigna: “Le arrebataron a su mamá cuatro años, en pleno crecimiento, sufrió mucho, era muy chiquito, tenía 6 años”.

"De un día para otro nos arrebataron todo"

Toma fuerzas y dice que ahora “tenemos que recuperar todo eso, aunque es imposible recuperar el tiempo perdido, es bueno que de ahora en más tenga una mamá presente, que era lo que no tenía”. Marcela tiene otros cuatro hijos, tres mujeres, de 23, 26 y 27 años, y un varón de 19. “Esto fue un desastre familiar, porque de un día para otro nos arrebataron todo”.

Dice que ahora tuvo un poco de justicia, al recuperar su libertad, pero que ahora esperan “que todo esto se termine porque nos queda el otro juicio para 2022. Aunque pensamos que por lógica no se debería llegar a ese segundo juicio, como todo esto ha sido tan turbio, hubo tantas falencias , que yo tengo miedo de volver a entrar (cuando puede elude decir cárcel), así que tengo miedo de que me vuelvan a salir con cualquier cosa en 2022”.

Por eso afirma que con el acompañamiento de los movimientos feministas, de derechos humanos, sociales, políticos y de la Universidad Nacional de La Plata “vamos a seguir peleando para demostrar mi inocencia y no bajar los brazos hasta que esta causa quede totalmente cerrada”. Sonríe mientras recuerda que “me han metido adentro por nada, así que no me puedo descuidar porque ya me tuvieron adentro cuatro años y dos meses. No tenían argumentos, pero la ley se aplica como ellos quieren, a su placer”.

"No corresponde que hagan un nuevo juicio"

–El fallo que declaró nula la condena que te habían aplicado es tan contundente, que no se explica muy bien por qué no te sobreseyeron directamente.

–Eso es lo que no se puede entender. De donde sale la mano tan turbia que se ensañó en esto de la manera que lo hizo. No entiendo qué fue lo que hubo de por medio para que llegaran a condenarme sin ninguna prueba, sin tener en cuenta los hechos de violencia que había sufrido yo, al punto que mientras esperaba el primer juicio en prisión, yo pensaba que cuando llegara me iba a ir en libertad, pero no fue así porque me condenaron a 25 años. Casación revocó el fallo, pero me dejaron adentro .

–Uno de los jueces de Casación, el doctor Ricardo Maidana, opinó que debían dictar el sobreseimiento, pero no logró la mayoría.

–Claro, pero la causa es tan irregular, que todavía tengo el temor de que en 2022 digan “pasó esto” y me manden otra vez adentro. Por eso digo que ahora que estoy afuera, no voy a dejar de luchar con mis hijos para que esto termine de una vez. No nos vamos a quedar cruzados de brazos esperando el juicio oral. Yo creo que no corresponde que hagan este nuevo juicio, pero si llega tenemos que prepararnos para no recibir otra sorpresa. No quiero que pase lo mismo, porque ya me tocó vivirlo en carne propia. Lo que hay en la causa sigue siendo lo mismo, pero ya me condenaron y recién esta semana me mandaron a mi casa.