Desde Santa Rosa
Fue una fiesta con invitados que hace rato no festejan casi nada. Hugo Pacheco, 71 años, jubilado con la mínima, decidió ayer juntar la fuerza que requiere pasar de la angustia a la esperanza y junto a su nieto Joaquín, de ocho años, se acercó al Parque Laguna Don Tomás para escuchar al candidato a presidente del Frente de Todos, Alberto Fernández, y a la candidata a vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, por primera vez juntos como fórmula presidencial en la provincia para celebrar el Día de la Lealtad peronista. "Macri me está matando, pero ellos son la esperanza", dijo a este diario con lágrimas en los ojos, horas antes de que aparecieran los candidatos. Como él, unas cuarenta mil personas escucharon la palabra de los candidatos del FdT. "Por primera vez, Argentina parece atendida por sus propios dueños. Pero no soy de hacer leña del árbol caído y no tenemos que perder el tiempo hablando de psicopateadas", dijo la senadora. Fernández, por su parte, dijo que si para el peronismo "donde hay una necesidad hay un derecho, para este gobierno, donde hay una necesidad hay un negocio" y sostuvo que el presidente Mauricio Macri "se ha cansado de mentir y sigue mintiendo. La política exige no mentirle a la gente". Lo rodeaba un grupo importante de gobernadores y dirigentes, entre ellos Daniel Scioli, flamante incorporado a un acto del FdT después de haber sido invitado al debate presidencial de Santa Fe.
Hace 36 años que el peronismo gobierna La Pampa y el gobernador Carlos Verna está orgulloso de haber armado en la provincia una alianza que, cree, anticipó a nivel provincial lo que luego fue a nivel nacional el Frente de Todos. "Quiero decirles que Alberto no va a bajar el dedito y que en adelante el desafío es mantenernos unidos. Si hay que tragar sapos, se tragarán sapos compañeros", dijo en su largo discurso antes de presentar a la senadora Cristina Fernández de Kirchner. Lo escuchaban, según los organizadores, unas 40 mil personas que llegaron cerca de las dos de la tarde para encontrar lugar lo más cerca posible del escenario.
Pegados a la valla que separa a la gente de a pie de los dirigentes estaban los más enfervorizados. Una chica le gritaba al candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires "gobernaaaaaaaame, Axel" mientras otra se sorprendían por la cercanía con Cristina Fernández de Kirchner. "Boluda, es hermosa", le decía una y otra vez una joven a su amiga. Pero no sólo hubo elogios para los candidatos: nadie se olvidó ayer de Mauricio Macri. El "No se inunda más" fue la burla más repetida, con saltito incluido. Cuando habló, CFK repasó las tres experiencias neoliberales del país y aseguró que la que estamos atravesando se distingue de las anteriores "porque es la Argentina gobernada por sus propios dueños". "Con inmenso trabajo y sacrificio reconstruimos la unidad popular. Porque en estas luchas se dejan muchas cosas, tal vez demasiadas, pero cada vez que parecía que iban a poder con nosotros yo tenía el amor de ustedes y la memoria de mi compañero", dijo en otro tramo de su discurso, en el que elogió el poncho que el gobernador Verna le regaló, creación de Elvira, artesana pampeana que ayer quedó inmortalizada.
Cada tanto, alguien gritaba algo desde abajo. Algo que la senadora siempre escuchaba. Alguien pidió que Macri vaya preso, uno elogió su "generosidad" y le pidió a los gritos que Macri rinda cuentas por la fuga de capitales. "Claro que sí. Tiene que rendir cuentas. Es lo justo", dijo la candidata a vicepresidenta del FdT.
Cuando le dio la palabra a Alberto Fernández, los que estaban cerca del escenario le gritaban "aguante Dylan" o "aguante el Bicho", por adhesión al club Argentinos Juniors. "Ellos dicen que la Argentina tropieza siempre con la misma piedra. La piedra son ellos. El Presidente se ha cansado de mentir y sigue mintiendo", dijo el candidato presidencial del FdT. Y agregó: "Con Axel decimos que si para el peronismo donde hay una necesidad hay un derecho, para esta gente donde hay una necesidad hay un negocio". Alguien le gritó: "Aguante el dedo". Y él siguió: "El 17 de octubre es una fecha que nos recuerda con quién estamos comprometidos y el peronismo salió al escenario político para estar del lado de los que padecen".
Tanto Cristina Fernández de Kirchner como Alberto Fernández evitaron el tono triunfalista. "La unidad no nos tiene que hacer creer que está todo ganado porque es una tarea dura", dijo ella. "Estamos muy cerca, pero no hemos ganado. Necesitamos un esfuerzo más", dijo él.
La senadora también desmintió que Verna alguna vez la haya mandado a lavar los platos. "A mí no me manda nadie a lavar los platos. Las mujeres peronistas después de Evita somos fuertes y no soportamos a ningún machirulo, aunque más de uno anda suelto", dijo en obvia referencia a las declaraciones esta semana en las que el presidente acusó a las mujeres de usar le manera poco prudente las extensiones de las tarjetas de crédito que les hacen sus parejas.
"Yo podría hacer leña del árbol caído, pero tengamos la serenidad y el amor para reconstruir lo que se ha destruido. Tenemos que saber adónde fue la plata del endeudamiento. No vale la pena venir a hablar de psicopateadas. Por momentos parece cosa de psicópatas endilgarle al otro lo que es responsabilidad de uno. Alberto lo dijo muy bien en el debate", dijo en referencia a las cada vez más frecuentes declaraciones en las que Macri no asume responsabilidad sobre su gobierno.
La postal del peronismo unido es cada vez más extensa: ayer se sumó al acto Daniel Scioli, vicepresidente del PJ, después de haber estado invitado y haber sido nombrado por Fernández en el debate de Santa Fe. También fueron de la partida el presidente del PJ, José Luis Gioja, el diputado Felipe Solá y varios gobernadores. Con algunos de ellos, Cristina cenó anteanoche en la residencia de Verna.
Al cierre de su discurso, Fernández les pidió a los argentinos que "no bajen los brazos y nunca se sientan caídos". A 74 años del 17 de octubre de 1945, la foto de ayer exhibió a un peronismo con un objetivo común. "Es la primera vez en muchos años que no hay cuatro o cinco actos. Es algo para celebrar", dijo. Terminó el acto y los pampeanos volvieron a sus casas, contentos de la primera visita a la provincia de la que probablemente sea, el 27 de octubre, la fórmula presidencial electa.