Desde Santiago 

Con los brazos en alto, las manos abiertas y cubierta del sol con la visera de la Central Unificada de Trabajadores y Trabajadoras (CUT) que preside desde 2012, Bárbara Figueroa enfrentó el cordón de Carabineros que cortaban el paso de la masiva manifestación que ocupó el centro de Santiago de Chile esta mañana. La respuesta fue “una escupida de guanaco” o un potente chorro de agua contaminada con la misma sustancia del gas mostaza que disparó un camión hidrante. La dispersión fue inevitable, tanto como volver a arremeter para intentar llegar hasta Los Héroes, la estación de metro marcada como final de la marcha que por primera vez desde la crisis política había sido convocada por organizaciones sindicales, estudiantiles, feministas, territoriales. Sin embargo, la demostración de fuerza callejera fue imponente y la primera mujer en ocupar la dirigencia de la central obrera en la historia de Chile -y de la región- hace un balance más que positivo del modo en que se manifestaron las organizaciones. Dirigente estudiantil en las manifestaciones por la reforma educativa en 2011, Figueroa dice: “Fue una marcha contundente y absolutamente masiva, no sólo en Santiago sino en todo el país.”

--¿Puede calcular el número de asistentes?

--No podría decir un número, aunque hay quienes arriesgan que medio millón de personas se manifestaron ayer en todas las regiones. Creo que lo más importante es marchamos, además de la ciudadanía auto convocada también organizaciones de trabajadores con sus banderas, sus remeras identificatorias, su orgullo de estar en un sindicato. Hay que dar cuenta de un objetivo cumplido; lo que sucedió es tremendamente positivo más allá de la acción represiva que no nos dejó ir más allá de Santa Rosa.

--¿Le parece que es un salto en la movilización de los últimos seis días que las organizaciones hayan tomado la calle?

--No, lo que quiero decir es que hasta ahora no había habido expresiones organizadas y que ahora pudimos marchar en unidad. Desde el mundo social y sindical no queremos arrogarnos ningún mérito ni representación sino que queremos contribuir, desde la unidad del movimiento, a canalizar, ampliar y poner presión sobre el gobierno para que reconozca este estallido social y manifieste de una vez la voluntad de abrir los canales de diálogo que se le están exigiendo.

--La CUT, dentro de la articulación Unidad Social, donde conviven otras organizaciones de estudiantes, feministas y territoriales ¿se plantea como posible mediadora entre la protesta social y el gobierno?

--Prefiero decir que las organizaciones tenemos que poner nuestro rostro en la calle y que sea reconocible, por eso llevamos nuestras banderas. El gobierno está cómodo hablando de un estallido social sin forma para desentenderse del marco de las demandas, de los cambios que se exigen. Esta situación está fuera de los marcos tradicionales en cuanto a que si bien traen demandas históricas ahora tiene una multiplicidad de formas y expresiones que tienen que ver con la vida orgánica e inorgánica de la sociedad. Entonces, la responsabilidad nuestra es que no se pierdan esas demandas estructurales, que no quede acá, que no termine con la represión sino que crezca hasta alcanzar las transformaciones de fondo que son necesarias.

--Y que no se parecen a las medidas que anunció el presidente Sebastián Piñera el martes a la noche...

--La respuesta a esas medidas estuvo en la calle y fue contundente el rechazo. Son

medidas que no se hacen cargo de lo que la población demanda. El gobierno tiene que dejar de decir que si nada conforma no habrá salida. Nosotras decimos que sí hay salida, pero no es la del gobierno. Si el gobierno quiere avanzar en dar respuesta, tiene que buscar respuestas profundas, no subsidiar a las empresas privadas de salud y pensiones. Tiene que haber pensiones básicas que no sean de indigencia, un salario básico que alcance ¡no pueden creer que sentarse con un par de partidos políticos es suficiente! La demanda más fuerte de la calle es que se generen mecanismos de participación activa que involucren a quienes están poniendo el cuerpo. Porque gran parte de la movilización está protagonizada por quienes no votan. Si queremos que ese pueblo se empape del sentido de responsabilidad que implica diseñar las formas políticas que queremos tenemos que darles mecanismos de participación que sean efectivos y sobre todo nuevos.

--¿Una asamblea constituyente?

--Desde ya. Pero también se podrían habilitar plebiscitos. Hay que construir la participación popular.

--¿Pero cree que se puede plebiscitar por ejemplo si sigue o no el modelo neoliberal?

--Nosotros como CUT creemos que no hay salida en el neoliberalismo, es una posición colectiva que tenemos desde el 2000, entendemos que cualquier salida de esta crisis tiene que ser sobre el profundo debate del modelo económico. Pero sabemos que tenemos que empezar desde lo más básico. No se puede levantar Chile como si hubiera atravesado una catástrofe natural como propone el presidente. Primero hay que ver que las pensiones y salarios no alcanzan y que no se pueden seguir cobrando los servicios más básicos como el agua. Si esa fractura si no se enfrenta como primer punto, no habrá manera de abrir diálogos.

--Tampoco parece haber posibilidad de diálogo con los militares y Carabineros en la calle.

--Es claro y evidente es que estamos en un estado de excepción generado por el propio gobierno, el pueblo está paralizado por el propio gobierno.

--Y en este escenario se avecinan en noviembre y diciembre cumbres de Estados como la de la Apec -foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico- y la Cop 25 -sobre cambio climático- ¿Cree que hay condiciones para que se realicen?

--La verdad es que hay que pensar muy bien de qué se tratan esas cumbres, hay que evaluar no tanto la seguridad de los jefes de Estado, que ya lo tendrá en cuenta el gobierno y cada Estado sino sobre todo darnos cuenta de qué vienen a hablar. Lo que pasa en Chile no es un hecho aislado, estamos hablando de procesos de agotamiento del neoliberalismo que también están presentes en la región latinoamericana y en el mundo. ¿Qué acuerdos va a hacer Piñera en la Apec y con qué autoridad? ¿Qué va a pasar en la Cop 25 cuando el tema medioambiental se trata como si fuera secundario?

--¿Cómo cree que está reaccionando el resto de América Latina frente a lo que sucede en Chile?

--Hemos recibido muchas muestras de solidaridad de las centrales obreras de Brasil, Argentina, Ecuador, Bolivia. La CGT, la CTA Autónoma y la CTA de los Trabajadores son centrales hermanas y la solidaridad está bien afianzada. Pero tenemos que generar una acción continental más decidida porque no es casual el paquetazo en Ecuador tal como Macri lo implementó en Argentina y acá Piñera insistiendo con la mercantilización de derechos. Ellos se articulan, nosotros tenemos que poner en jaque esa articulación y ahí tenemos un pendiente. Necesitamos planteos más sólidos continentales porque estas reacciones necesitan más potencia para lograr golpear como un solo puño y poner sobre la mesa las mismas demandas.